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La investigación ha demostrado que el ejercicio regular no solo ayuda a mantener la salud visual, sino que también puede desempeñar un papel en la mejora de la agudeza visual

Por: Dra. Liliana (Lily) Arosemena

La Dra. Liliana (Lily) Arosemena es egresada de Medicina en la Universidad Latina de Panamá. Con especialización en Oftalmología en la Universidad Autónoma de Bucaramanga, en la Fundación Oftalmológica de Santander, Clínica Carlos Ardila Lulle (Bucaramanga, Colombia). Estudios de retina y vítreo en la Universidad Del Rosario, Fundación Oftalmológica Nacional (Bogotá, Colombia). Es miembro adjunto de la Academia Americana de Especialistas en Retina (ASRS), la Asociación Americana de Oftalmología  (AAO), la Sociedad Colombiana de Oftalmología (SCO), la Asociación Panamericana de Oftalmología (PAAO) y la Sociedad Panameña de Oftalmología  (SPO). En instagram: @retinapanama

La salud visual es un componente esencial del bienestar general, y hay una creciente evidencia que sugiere que el ejercicio físico juega un papel crucial en su mantenimiento y mejora. Sin embargo, a menudo se pasan por alto los beneficios del ejercicio en la salud ocular.

Es cierto que la genética y la edad son factores que influyen en la salud ocular. Sin embargo, limitar el enfoque a estos aspectos ignora el papel fundamental que el estilo de vida, incluido el ejercicio, desempeña en la salud visual.

Investigaciones han demostrado que la actividad física regular puede reducir el riesgo de desarrollar enfermedades oculares asociadas con la edad, como la degeneración macular y las cataratas. Un estudio publicado en la revista «Ophthalmology» sugirió que las personas que participan en actividades físicas regulares tienen un riesgo significativamente menor de sufrir de estas condiciones, independientemente de su predisposición genética. Esto significa que, aunque no podamos cambiar nuestra genética o edad, sí podemos influir en nuestra salud ocular a través del ejercicio.

Si bien es indiscutible que el ejercicio es fundamental para mantener el corazón, los músculos y la salud metabólica, los beneficios de la actividad física se extienden más allá de estos sistemas. La circulación sanguínea mejorada, resultado de la actividad física, beneficia a los ojos al asegurar que reciben oxígeno y nutrientes adecuados. Además, el ejercicio potencia la función del sistema inmunológico, lo que puede ayudar a combatir infecciones oculares. También se ha observado que el ejercicio regular puede reducir la presión ocular, un factor de riesgo para el glaucoma. En consecuencia, la idea de que el ejercicio solo beneficia al corazón y los músculos es un enfoque demasiado limitado que no refleja la complejidad de los beneficios que aporta a la salud visual.

Uno de los argumentos más comunes contra la incorporación del ejercicio en la rutina diaria es la falta de tiempo. No obstante, es importante recalcar que no se requiere de largas sesiones de ejercicio para lograr beneficios significativos.

Incluso pequeños incrementos en la actividad física, como caminar durante 30 minutos al día o realizar ejercicios de estiramiento, pueden tener un impacto positivo en la salud visual.

Actividades sencillas como subir escaleras en lugar de usar el ascensor o hacer pausas activas durante el trabajo pueden ser efectivas. Además, incluir la actividad física en la vida cotidiana puede resultar en una sensación general de bienestar que puede animar a las personas a seguir buscando más oportunidades para moverse.

Algunos pueden argumentar que ciertas formas de ejercicio pueden poner en riesgo la salud ocular, especialmente en actividades de alto impacto o en deportes de contacto. Aunque es cierto que hay un pequeño riesgo de lesiones oculares en estas actividades, los beneficios del ejercicio generalmente superan este riesgo. Además, la mayoría de las lesiones oculares se pueden prevenir con un equipo adecuado, como gafas de protección. El ejercicio moderado, como la natación, el yoga o el ciclismo, presenta un bajo riesgo de lesión ocular y, a su vez, promueve la salud visual. Fomentar una cultura de seguridad en la práctica de deportes puede ayudar a minimizar los riesgos mientras se aprovechan los beneficios del ejercicio.

Por último, algunos pueden cuestionar la relación entre el ejercicio y la salud visual, considerándola únicamente una teoría sin evidencia suficiente. Sin embargo, múltiples estudios han establecido esta conexión. La investigación ha demostrado que el ejercicio regular no solo ayuda a mantener la salud visual, sino que también puede desempeñar un papel en la mejora de la agudeza visual y la reducción de la fatiga ocular. Por ejemplo, un estudio en la revista “Investigative Ophthalmology & Visual Science” concluyó que la actividad física regular se asocia con una mejor calidad de vida visual en adultos mayores. Estas investigaciones proporcionan una base sólida que apoya la idea de que el ejercicio es un componente vital de la salud ocular.

La importancia del ejercicio para la salud visual es innegable. A pesar de las objeciones comunes que pueden surgir, la evidencia respalda la idea de que mantener un estilo de vida activo no solo beneficia el cuerpo, sino también los ojos. Adoptar hábitos de ejercicio regular puede ser una herramienta poderosa para prevenir problemas visuales, mejorar la calidad de vida y promover un envejecimiento saludable. Entonces, es esencial que tanto los profesionales de la salud como los individuos reconozcan el papel del ejercicio en la salud ocular y trabajen en conjunto para fomentar una vida activa y, por ende, unos ojos más sanos.

Referencias:

  • Aleman Ramirez C. Effects of Exercise on Intraocular Pressure. Universidad Nacional de Costa Rica, Heredia.
  • Aspinall, et al. Evaluation of Quality of Life and Priorities of Patients with Glaucoma. Investigative Opthalmology & Visual Science. 2008.
  • Conte, M., &Scarpi, M. J. A comparison of the intraocular pressure response between two different intensities and volumes of resistance training. Revista Brasileira de Oftalmologia. 2014.
  • Lecumberri G. Efecto de un programa de ejercicio en pacientes sedentarios. Aten Primaria. 2020.
  • Woods R.L., Thomson W.D. Effects of exercise on aspects of visual function. Ophthalmic Physiol Opt. 1995.

Por: Dra. Liliana (Lily) Arosemena