fbpx
Pixabay

Violeta Villar Liste

El diseño y validación de una escala de oración relacionada con el dolor (Pain-related PRAYER Scale o PPRAYERS, por sus siglas en inglés), instrumento dedicado para su uso en el dolor crónico, la investigación y la atención clínica, no solo acerca a la iglesia y la academia: prueba que nuevos métodos son posibles para avanzar en el alivio de la enfermedad.

La Dra. Marta Illueca, investigadora clínica académica, especialista en Pediatría, desarrollo farmacéutico y asuntos regulatorios, profesora clínica ad honorem de la Facultad de Medicina de la Universidad de Panamá, conversa sobre los avances de este Modelo para la validación de una escala de dolor y oración que acaba de ser presentado en la Conferencia de Medicina y Religión celebrado del 13 al 15 de marzo en Portland, Oregón (Estados Unidos).

Puede ver el sitio de la conferencia en el siguiente enlace:

http://www.medicineandreligion.com/sponsors.html

Esta investigación es un trabajo colaborativo que involucra a varios autores académicos con sus respectivos vínculos académicos. Ver en el pie de página (*)

Ante la otra epidemia, la del abuso de medicamentos, la Dra. Illueca señala que manejar el dolor de tal forma que se pueda minimizar el uso de fármacos, y lograr un alivio real del paciente, justifica de manera plena acudir a los beneficios de prácticas espirituales como la oración de manera guiada.

Una larga historia espiritual

Dra. Marta Illueca

La Dra. Marta Illueca, hija de Luzmila Arosemena de Illueca, la fundadora y primera decana de la Facultad de Enfermería de la Universidad de Panamá, y del expresidente de Panamá, Jorge Illueca, nació en un hogar católico, de profundas raíces espirituales.

Cuando tenía doce años, fallece su hermana y este suceso doloroso, en una edad “cuando empiezas a conocer la realidad de la vida”, la marcó y determinó su decisión de estudiar Medicina y así poner de su parte para salvar vidas.

A lo largo de su existencia, la Dra. Illueca siempre tuvo mucha curiosidad por todo aquello que representara el conocimiento desde lo espiritual.

Esta certeza la lleva a viajar, a visitar catedrales y templos y armar una extensa biblioteca sobre vida espiritual que se iba compaginando con su labor como médica pediatra, investigadora y directora médica en desarrollo de farmacológicos.

En el año 2014 hace una transición a la iglesia Episcopal que le abrió el horizonte para alcanzar la ordenación como sacerdote. Además de sus estudios de Teología en la Escuela de Divinidad de la Universidad de Yale, realiza una investigación sistemática sobre el dolor crónico, que solo en el caso de los Estados Unidos afecta al 20% de la población.

En 2020 se lanza de manera oficial el primer proyecto de colaboración de dolor y oración, estudio que integra, de manera inicial, los esfuerzos de la Iglesia Episcopal en Delaware y al Brigham and Women´s Hospital en Bostón (Massachusetts), bajo el liderazgo de la Dra. Marta Illueca y la Dra. Samantha Meints, psicóloga clínica y pionera en el área de investigación de oración y dolor,  respectivamente.

Los resultados más recientes, como ya se explicó, se han dado a conocer en la Conferencia de Medicina y Religión, la Academia Americana de Medicina del Dolor y de manera próxima en otros foros médicos y científicos especializados. 

Además, la debida publicación académica se está preparando para la correspondiente revisión por pares.

Incluso una próxima fase del proyecto será la traducción y validación de la escala de oración en español, con la colaboración internacional e interdisciplinaria en Latinoamérica.

Acercamiento científico a la oración

Los autores indican que “un obstáculo metodológico para la investigación de la oración es la falta de una caracterización uniforme de las prácticas típicas como estrategias de afrontamiento del dolor”.

Por otra parte, argumentan, si bien “las últimas décadas muestran un creciente interés en el diseño e implementación de estudios empíricos sobre la intersección de la medicina y la espiritualidad, una limitación frecuente es la estructura incompleta de los equipos de investigación.

Los académicos a menudo omiten la participación directa de investigadores capacitados teológica o pastoralmente; y los investigadores pastorales no suelen asociarse con médicos académicos”. 

Los investigadores universitarios, precisan, pueden perder el entorno cultural y la perspectiva única de las instituciones religiosas, lo que resulta en preguntas y productividad de investigación sub-óptimas.

“A su vez, los investigadores pastorales a menudo carecen de los amplios recursos y la profunda experiencia de los académicos experimentados”. 

Otra justificación, era la inexistencia de “un instrumento psicométrico de oración especializado para usar en investigación del dolor, especialmente con validación estadística para uso clínico y pastoral”.

Escala de oración 

Desde esta perspectiva, los investigadores crean una Escala de oración relacionada con el dolor (PPRAYERS, por sus siglas en inglés), probado a través de una plataforma en línea, Research Electronic Data Capture, (REDCap) en más de 400 personas con dolor crónico y validado con todos los rigores del protocolo de Modelo de Ecuaciones Estructurales (SEM por sus siglas en inglés).

A los voluntarios se les administró un cuestionario con 22 ítems y en función de una teoría basada en tres tipos de oraciones peticionarias.

La Dra. Illueca describe que existen varios tipos de oración en general: la de súplica o petición, alabanza, intercesora y agradecimiento.

De igual modo, dentro de las oraciones de súplica o peticion, hay una diferencia entre la oración que se denomina activa y pasiva, términos descritos inicialmente por la Dra. Meints en sus investigaciones.

En la pasiva se le pide a Dios que se encargue de eliminar o llevarse el problema. En la activa, la persona pide recibir los medios para superar su problema.

“Los primeros datos muestran que las oraciones a Dios o a un superior poder, con un tono activo (por ejemplo, “Dios, ayúdame a tener los medios para tratar con este dolor”) parecen tener  más efectos beneficiosos que las oraciones pasivas (por ejemplo, “Dios, llévate este dolor lejos de mí”)”, según describen en los resultados.

La recopilación de datos para este estudio concluyó y a la fecha evalúan la validez y confiabilidad del método, siguiendo los estándares del SEM. 

“Hasta donde sabemos, este es el primer informe de un modelo formal de investigación de la iglesia y la academia, con aportes teológicos directos en todos los elementos del diseño de la investigación clínica”.

En este proyecto dirigido por la Dra. Illueca, se distingue el liderazgo de la Iglesia Episcopal de la Diócesis de Delaware en los Estados Unidos, y del United Thank Offering Grant, un ministerio de apoyo a proyectos constructivos que puedan beneficiar a la comunidad en general.

Los científicos señalan que “los productos de esta novedosa colaboración beneficiarán tanto al campo teológico como al científico con publicaciones y presentaciones en foros académicos y pastorales.

Se necesita más trabajo de investigación integrador, representado con nuestro modelo, para proporcionar contribuciones tangibles al campo de la religión y la medicina”.

La Dra.Illueca observa que esta investigación abre una oportunidad para explorar el uso de la oración de la mano de los profesionales de la salud y de los pastores, para expandir el diálogo que pueden tener con quienes trabajan en los hospitales.

“No conocemos el potencial de sanación del cuerpo, es un área gris: la mente tiene un potencial nato. Por infrecuentes o inexplicables que sean, los milagros parecen existir, pero no son actos de magia, hay todo un proceso de fe, de sanación natural del cuerpo y de cambio de actitud de la persona cuando comienza a sanar. Recordar que somos mente, cuerpo y espíritu”.

(*) Equipo de investigadores:

  • La Dra. Marta Illueca, por la Iglesia Episcopal en Delaware y Fellow del Programa de Medicina, Espiritualidad y Religión de Yale-Universidad de Yale.
  • Samantha Meints (PhD) por el Hospital Brigham & Women’s-Escuela de Medicina de Harvard, Boston.
  • Megan Miller (PhD) por la  Universidad de Indiana-Universidad de Purdue, en Indianápolis.
  • Dikachi Osaji, por la Universidad de Boston. Escuela de Medicina.
  • Benjamin Doolittle (MD). Director del Programa de Medicina, Espiritualidad y Religión de Yale-Universidad de Yale, de la Escuela de Medicina.

Violeta Villar Liste/Con datos de la Conferencia de Medicina y Religión