Magíster Rafael Cornes
En la mayoría de los países se han impulsado programas de alimentación escolar, estrategias eficaces para contribuir a una mejor nutrición de los niños. La leche se ha convertido en el alimento más importante de este tipo de iniciativas.
El excelente aporte nutritivo de la leche hace que sea alimento esencial en los planes de alimentación escolar gracias a la disponibilidad de sus nutrientes y su fácil asimilación por el organismo.
A modo de ejemplo se puede citar la excelente calidad de sus proteínas y su alto valor biológico, la disposición del calcio, el aporte de vitaminas A, D, E, K presentes en la grasa láctea y que juegan un papel preponderante en el fortalecimiento de huesos y dientes, además de las vitaminas del grupo B que están ligadas al crecimiento y la fijación de minerales.
Este extraordinario valor nutricional la convierte en un alimento único.
La fortificación o adición de minerales y micronutrientes diferentes o iguales a los que tiene la leche, la convierte en un vehículo muy apropiado para llevar a cabo programas de erradicación de la desnutrición, como ocurre en muchos programas que se han puesto en marcha en América Latina y en el mundo.
La leche es un alimento fundamental en el combate de la obesidad infantil, patología que al igual que la desnutrición, afecta a millones de niños del continente y del mundo.
La leche mejora la salud de los estudiantes, promueve la asistencia a la escuela y ayuda a mejorar los resultados académicos con buena nutrición.
De manera adicional, los programas de alimentación escolar que incluyen leche fomentan el hábito de su consumo a largo plazo, lo cual beneficia a los individuos y a la sociedad en general.
Estos beneficios, convierten a la leche en un aliado importante para la familia, la salud, la nutrición y la educación. La promoción del consumo de la leche en la niñez debe ser un compromiso de padres, docentes, productores y comercializadores de leche, la sociedad civil y el gobierno.
Es por lo tanto una tarea de todos, en beneficio de la salud de nuestros niños.
En América Latina existen diversos ejemplos del impacto positivo que ha tenido la implementación de un programa de vaso de leche escolar.
México, República Dominicana, Honduras, Panamá, El Salvador, Ecuador, Perú, Bolivia, Paraguay, Uruguay, Argentina, Brasil y Chile, son países donde se ha logrado disminuir la deserción escolar, mejorar el rendimiento académico y favorecer al crecimiento y desarrollo de los niños beneficiados, gracias a la implementación de estos planes que consideran la nutrición del escolar.
Los niños y adolescentes en edad escolar deben tener una alimentación saludable y variada, que incluya la totalidad de los alimentos que recomiendan las diversas guías nutricionales a lo largo del continente, por lo cual es importante considerar las porciones recomendadas de consumo diario de cada tipo de alimento.
Recomendaciones de consumo de lácteos diaria
- Niños y niñas:
- 1-3 años: 2 porciones.
- 4-8 años: 3 porciones.
- Pre–adolescentes y adolescentes:
- 9 -18 años: 3 a 4 porciones (3 como mínimo, lo ideal 4).
Para los lácteos, en el caso de los niños, siempre nos referimos a los mayores de 1 año, es decir, luego de la edad de lactante (primer año de vida), ya que la lactancia materna debe ser exclusiva hasta los 6 meses de vida y continuar hasta los 2 años (complementada por otros alimentos) según las especificaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Magíster Rafael Cornes
El magister en Nutrición Rafael Cornes es
licenciado en Nutrición por la Escuela de Nutrición de la Universidad de la República de Uruguay y Magíster en Ciencias Médicas por el Programa de Investigación Biomédica de la Facultad de Medicina de la Universidad de la República de Uruguay. Es coordinador de la Campaña Panamericana de Consumo de Lácteos ¡Sí a la Leche! de la Federación Panamericana de Lechería (Fepale), desde su inicio en 2008. Editor responsable del libro Lácteos, alimentos esenciales para el ser humano, y Una Vuelta por la Vía Láctea, editados por Fepale.