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La agencia de la ONU subraya que a menudo estos padecimientos pueden tener consecuencias sanitarias, sociales y económicas devastadoras para más de mil millones de personas en todo el mundo. 

Con motivo de la celebración ayer domingo del Día Mundial de las Enfermedades Tropicales Desatendidas, la Organización Mundial de la Salud pidió activar un renovado impulso internacional para combatir las desigualdades que caracterizan a estas afecciones y garantizar que las comunidades más pobres y marginadas, que son las más afectadas, reciban los servicios sanitarios que necesitan.

En su mensaje por la conmemoración, el director general de la Organización, Tedros Adhanom Ghebreyesus, recordó que la pandemia del COVID-19 ha sumido a millones de personas en la pobreza y ha afectado a quienes ya tienen un acceso limitado a los servicios sanitarios.

El Día Mundial de las Enfermedades Tropicales Desatendidas, ofrece la oportunidad de dar un nuevo impulso para acabar con el sufrimiento que provocan estas 20 enfermedades, como el dengue o la lepra, causadas por diversos patógenos, como los virus, las bacterias, los parásitos, los hongos y las toxinas

La agencia de la ONU subraya que a menudo estas enfermedades pueden tener consecuencias sanitarias, sociales y económicas devastadoras para más de mil millones de personas en todo el mundo.

Muchas de estos padecimientos se propagan por vectores -enfermedades infecciosas transmitidas por algunos organismos cono los insectos-, tienen reservorios animales y están relacionadas con ciclos vitales complejos. La suma de estos factores dificulta enormemente su control sanitario.

Las Enfermedades Tropicales Desatendidas prevalecen principalmente en las zonas rurales, en las de conflicto y en las regiones de difícil acceso. Proliferan en entornos donde el acceso al agua potable y al saneamiento es escaso, una situación que se ve agravada por el cambio climático.

Para hacer frente a estas enfermedades es necesario adoptar enfoques transversales y abordar los problemas de salud mental asociados, junto a otras cuestiones como la estigmatización y la discriminación.

Hay que reactivar los programas de control en América Latina

La Organización Panamericana de la Salud se sumó al llamado e instó a los gobiernos a “brindar atención integral y universal” a los millones de personas afectadas por este tipo de padecimientos relacionados con la pobreza.

Entre las más de 20 patologías presentes en la región destacan la lepra, el dengue, la leishmaniasis, la esquistosomiasis, la rabia humana transmitida por perros, la sarna, la enfermedad de Chagas, los parásitos intestinales y el tracoma.

Todos estos padecimientos ponen en riesgo la salud de más de 200 millones de personas.


“Prevenir y tratar estas enfermedades es rentable. Las estrategias para combatirlas implican acercar la prevención, el diagnóstico y el tratamiento a las comunidades vulnerables, así como mejorar sus condiciones de vida, como el acceso a la educación, al agua potable, al saneamiento básico y a la vivienda”, afirmó Marcos Espinal, director de Enfermedades Transmisibles y Determinantes Ambientales de la Salud de la OPS.

La pandemia de COVID-19 interrumpió las actuaciones previstas en los programas de control y eliminación de estas enfermedades en las Américas, tales como las masivas campañas de suministro de medicamentos, las encuestas y la búsqueda activa de casos.

La mayoría de estas actividades se cancelaron en 2020 y se reanudaron gradualmente en 2021.

La OPS advierte que estas interrupciones pueden demorar la eliminación o el control de algunas de estas enfermedades más allá de los plazos previstos antes de la pandemia del coronavirus.

La agencia sanitaria regional apoya a los países a reforzar la implementación, el monitoreo y la evaluación de sus programas de control y eliminación de estas enfermedades mediante la cooperación técnica, la elaboración de guías, talleres y cursos, así como con la donación de medicamentos y otros insumos como pruebas diagnósticas.

Gracias al apoyo conjunto de la Organización Panamericana de la Salud, la Organización Mundial de la Salud y otros socios, la región ha logrado varios hitos contra las enfermedades tropicales desatendidas.

Colombia se convirtió en 2013 en el primer país del mundo que eliminó la oncocercosis, una enfermedad parasitaria que puede provocar ceguera. Ecuador, Guatemala y México le siguieron poco después, y actualmente solo queda un foco de oncocercosis a nivel regional en la frontera entre Brasil y Venezuela.

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