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El arte de la fragmentación del ADN. Por Alexander Martínez para Fotociencias 2022 de la Senacyt

Por: Violeta Villar Liste

A propósito del Día Mundial de la Investigación Clínica que se celebra cada 20 de mayo, el Dr. Eduardo Ortega-Barría, secretario nacional de la Secretaría Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación (Senacyt), el Dr. Rodrigo DeAntonio, director de Cevaxin y la Dra. Lorena Noriega, directora del Centro de Investigaciones Clínicas (CICLI) de la Facultad de Medicina de la UP, comparten visiones y perspectivas

Panamá tiene fortalezas y características que lo perfilan como hub regional para la investigación clínica.

El beneficio se traduciría en contar con acceso privilegiado a métodos preventivos, dispositivos médicos y diagnósticos novedosos que ayuden a mejorar las condiciones de salud de la población y avanzar en procedimientos científicos, argumenta el Dr. Eduardo Ortega-Barría, secretario nacional de la Secretaría Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación (Senacyt), en reflexiones a propósito del Día Mundial de la Investigación Clínica que se celebra cada 20 de mayo.

La Ley 84 de Investigación y su proceso de reglamentación que adelanta el Ministerio de Salud y Senacyt,  busca continuar fortaleciendo el proceso regulatorio en el país para hacerla un país de referencia en investigación clínica regional y mundial”, precisó, por su parte, el Dr. Rodrigo DeAntonio, director del Centro de Investigación y Estudios en Vacunas de Panamá, Cevaxin.

La Dra. Lorena Noriega, docente de la Universidad de Panamá (UP) y directora del Centro de Investigaciones Clínicas (CICLI), sostuvo, desde la perspectiva académica, que el CICLI “está trabajando en la asesoría de proyectos de investigación, clínicas colaborativas entre estudiantes de pre y postgrado. Adicional en el fortalecimiento de capacitación en investigación para docentes y estudiantes, creando algunas oportunidades de educación en términos de investigación”.

El dato: En esta fecha se conmemora el primer ensayo clínico de la historia, realizado por el doctor James Lind en 1747, para identificar cómo la ausencia de vitamina C estaba relacionada con el escorbuto, una enfermedad que causa hemorragias, alteración de las encías y debilidad general.
Fuente: Senacyt

Investigación clínica, piedra angular del avance científico

Dr. Eduardo Ortega-Barría

Los beneficios de la investigación clínica se comprenden de manera rápida con una enfermedad como el cáncer.

Tener cáncer, recuerda el Dr. Ortega-Barría, era un diagnóstico de muerte casi inmediata.

Al respecto, “hoy sabemos el origen molecular de por qué ocurre el cáncer y podemos intervenir sus mecanismos” y ganarle terreno.

Cuando se creó la vacuna contra la hepatitis B, se sabía que la enfermedad causaba cirrosis, falla hepática y una alta mortalidad y luego, con su aplicación, se descubrió que la aplicación masiva evitaba el cáncer de hígado y así apareció la primera vacuna para prevenir el cáncer, señala el Dr. Ortega-Barría.

“La investigación clínica es la piedra angular del avance científico en temas relacionados con la calidad de vida del ser humano. Tiene que ver con la prevención, el diagnóstico, el tratamiento, con el diseño de tecnologías, dispositivos médicos, y sin ella no tendríamos soluciones a muchos de los problemas actuales”.

Otra respuesta a la salud gracias a la investigación clínica, fue la vacuna del Virus de Papiloma Humano (VPH) que se usa en Panamá desde hace 18 años.

El Dr. Ortega afirma que en aquellos países donde se ha estudiado el impacto de la vacuna, el cáncer cervicouterino casi ha desaparecido.

“No solo el cáncer, también las lesiones del cuello del útero: las de alto grado debían ser intervenidas y mutilaban el órgano reproductivo de las mujeres, lo cual ocasionaba partos prematuros. Hoy tenemos menos cáncer y menos muertes”.

“A través de la investigación clínica, conoces el proceso de salud y enfermedad, la etiología, el pronóstico, la prevención, el diagnóstico, el tratamiento de estas enfermedades, así que es la piedra angular de los avances científicos relacionados con la salud humana y la calidad de vida”.

-¿Cómo se encuentra Panamá en materia de investigación clínica?

-Estamos bien y mal: hay áreas de investigación clínica que se han desarrollado en Panamá por varias décadas, como la relacionada con vacunas. Hay investigadores que por más de 25 años han trabajado en el desarrollo clínico de vacunas y cuando hablamos de investigación clínica estamos hablando de la participación de seres humanos en estos estudios de investigación, de voluntarios, de personas que han decidido a través de su participación, por un lado, dependiendo del estado del estudio clínico, buscar una solución a su problema de salud y en otras, ofrecer una posible respuesta para otras personas, un beneficio directo para la sociedad.

Otras áreas que debe fortalecer Panamá, es la investigación en cáncer o en enfermedades no transmisibles como obesidad, hipertensión o diabetes, problemas de salud pública muy importantes y se deben abordar.

En su informe anual de Estadísticas Mundiales de Salud, la Organización Mundial de la Salud (OMS), argumenta que “las enfermedades no transmisibles (ENT) aumentan de manera constante y son responsables de casi tres cuartas partes de las muertes”.

“Si esta tendencia continúa, se proyecta que las ENT representarán alrededor del 86% de los 90 millones de muertes anuales a mediados de siglo. En consecuencia, 77 millones de ellos se deberán a las ENT, un incremento de casi el 90% en cifras absolutas desde 2019”, advierte la OMS que pide aumentar las inversiones en salud y en los sistemas sanitarios, lo cual incluye la investigación.

El Dr. Ortega destacó el trabajo de instituciones emblemáticas en investigación clínica en Panamá como el Instituto Conmemorativo Gorgas de Estudios de la Salud, la Caja de Seguro Social, el Hospital Santo Tomás o el Instituto de Investigaciones Científicas y Servicios de Alta Tecnología (Indicasat AIP), “que participan en estudios de investigación clínica, pero debería ser un tema más popular entre nuestros investigadores, en particular los jóvenes”.

“Es una obligación de nosotros como médicos impulsar y desarrollar en el país la investigación clínica”.

Afirmó que la Senacyt trabaja en esa dirección, con convocatorias de investigación abiertas, a partir de las cuales los científicos pueden proponer los proyectos en los cuales quieren trabajar.

“Hay otras áreas muy importantes de la investigación como la de sistemas en salud y es crítica para mejorar la atención médica y la prevención que debemos ofrecer a la población panameña”.

Resaltó que la investigación clínica, al requerir la participación de seres humanos, debe reunir ciertas condiciones: los estudios deben ser éticos, seguros, científicamente robustos, y abordar un problema importante de la sociedad.

Indicó que la investigación científica es altamente regulada y debe cumplir una serie de estándares  y buenas prácticas clínicas.

En Panamá, rige la Ley 84 del 14 de mayo de 2019 que “Regula y promueve la investigación para la Salud y establece su rectoría y gobernanza, y dicta otras disposiciones”, además el país cuenta con un Comité Nacional de Bioética muy robusto,  comités de bioética institucionales y un registro de estudios de investigación.

El secretario nacional de la Senacyt insiste en que se debe promover todavía más la investigación clínica en el país por la fortaleza que aporta a los sistemas sanitarios.

La creación del hub regional ayudaría a cerrar brechas: “Si haces investigación en Panamá, con población panameña, y demuestras que el producto farmacológico o la vacuna que estás probando es segura, efectiva, eficaz y tienes más evidencia, es más rápido poder implementar las innovaciones en el país”.

Panamá: Fortalecer mecanismos regulatorios

Dr. Rodrigo DeAntonio

El Dr. Rodrigo DeAntonio, director del Centro de Investigación en Vacunas de Panamá, Cevaxin, concide que  a través de la investigación clínica “se desarrollan nuevos medicamentos, vacunas o terapias para reducir la carga de múltiples enfermedades”.

“El hacer investigación clínica contribuye a que la gente viva una mejor y más larga vida, manejar síntomas de ciertas enfermedades y también ayuda a reducir el nivel de dolor o discapacidades. Todo esto redunda en la mejora de la salud de la población y a su bienestar”.

-¿Podríamos decir que la pandemia aceleró la investigación clínica en los países al entender la importancia de la independencia tecnológica y del conocimiento?

No diría que la aceleró, pues se viene trabajando desde hace varias décadas en investigación clínica, incluso en los países de bajos ingresos. Lo que sí sucedió fue que se puso de relieve, y la gente empezó a entender de qué se trataba la investigación clínica, a raíz del desarrollo de la vacuna contra la COVID-19.

Por ejemplo, argumenta, la tecnología usada en las vacunas de ARN mensajero ya se venía estudiando desde muchos años atrás: lo que se aceleró en este caso fue el desarrollo en humanos de esa plataforma de vacunas ante la emergencia de salud que vivía el mundo entero.

Así mismo, precisó, se resaltó la importancia de la participación de voluntarios en las diferentes fases de desarrollo clínico una vez conocían el proceso bajo un marco regulatorio sólido y la revisión de un comité de ética.

-¿Cuáles pasos en esta dirección ha dado Panamá?

La Ley 84 de investigación y su proceso de reglamentación que adelanta el Ministerio de Salud y Senacyt, que busca continuar fortaleciendo el proceso regulatorio en el país para hacerla un país de referencia en investigación clínica regional y mundial. A través de la Senacyt se planea la creación de un centro de desarrollo de vacunas y fármacos, con la intención de que el país produzca sus propias vacunas y otros medicamentos, con un alcance en Centroamérica y el Caribe. Uno de los objetivos precisamente es estar preparados y poder responder a patógenos emergentes.

Resaltó que expertos en logística de la Universidad Tecnológica de Panamá (UTP), publicaron un estudio realizado junto con la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) en 2021 sobre la distribución de vacunas contra COVID-19 en América Latina y el Caribe: el caso de Panamá, en el que planteaban el desafío de tener un sistema que asegurara el acceso equitativo a las vacunas, gestionar riesgos logísticos y de la cadena de suministro.

“En este estudio se plantea el desarrollo en Panamá de un hub internacional de distribución de vacunas en América Latina, aprovechando la infraestructura existente aérea y marítima del país. Es decir, el país está activo en el desarrollo de iniciativas que le permitan ser autosuficiente y a la vez apoyar a otros países de la región”.

Cevaxin: 10 años de investigación

El Dr. DeAntonio detalló los aportes de la investigación panameña en Cevaxin desde hace 10 años.

En este tiempo, “ha participado en el desarrollo de importantes estudios de investigación clínica de los cuales ya hay resultados tangibles” y demuestran aportes decisivos a la investigación clínica local e impacto regional.

El Dr. DeAntonio enumera algunos estudios adelantados en Cevaxin, que han tenido repercusión en aprobación de vacunas y tratamientos que transforman la salud del mundo:

Primera vacuna en lista de emergencia de la OMS: “Los datos de calidad generados en uno de esos estudios hicieron posible la inclusión de la primera vacuna en la lista de uso de emergencias de la OMS en noviembre de 2020, que no fue la vacuna contra COVID-19 sino contra polio: la nOPV2, cuyo estudio adelantamos en Cevaxin. La vacuna fue aprobada para ser empleada en brotes de poliomielitis en África, Asia y Pacífico occidental”.

Virus sincitial respiratorio: “Recientemente, la agencia regulatoria europea (EMA) aprobó el uso de Nirsevimab para proteger a los niños  contra el virus sincitial respiratorio. Cevaxin también hizo parte de este estudio, de nuevo aportando datos de calidad que soportaron la aprobación por las autoridades internacionales”.

Vacuna contra dengue: “En Europa, Brasil, Argentina, entre otros países, se aprobó la vacuna contra dengue, estudio en el cual más de 3,000 voluntarios han participado en Panamá desde hace aproximadamente 5 años”.

Vacuna contra COVID-19: “La primera vacuna contra SARS-CoV-2 aplicada en Panamá fue con un estudio, realizado también en Cevaxin”.

Estos estudios han sido posibles gracias “a la tradición de sus investigadores, voluntarios y equipos de profesionales en diferentes áreas que se mantienen en formación constante. Por esto también estamos realizando alianzas académicas a nivel nacional e internacional que permita generar nuevos profesionales en investigación”, sostuvo el director de Cevaxin.

El impulso de la academia a la investigación

Dra. Lorena Noriega

El impulso de docentes e investigadores como la Dra. Lorena Noriega, directora del Centro de Investigaciones Clínicas (CICLI) de la Facultad de Medicina de la Universidad de Panamá, ha  hecho posible consolidar el trabajo del CICLI, el cual trabaja a la fecha en la asesoría de proyectos de investigación clínica, esfuerzo colaborativo entre estudiantes de pre y postgrado.

“Adicional, en el fortalecimiento de capacitación en investigación para docentes y estudiantes, creando algunas oportunidades de educación en términos de investigación como el curso de metodología MECOR que se realizará del 9 al 14 de octubre donde CICLI es el anfitrión en colaboración con la Asociación Panameña de Neumología. Este es un curso de la American Thoracic Society y la Asociación Latinoamericana del Tórax. 

Para más información, ir al enlace: https://alatorax.org/es/mecor 

-¿Cómo evalúa el interés creciente de las nuevas generaciones por la investigación clínica, caso de la experiencia de REDES? 

-Siempre hemos tenido estudiantes interesados en la investigación, el proyecto REDES creó una plataforma que permitió a un grupo de jóvenes adquirir herramientas para desarrollar un protocolo de investigación clínica en temas relevantes de la salud nacional. En este momento se les está dando seguimiento a estos proyectos para que puedan ejercutarse. 

Momento de la capacitación en investigación del programa REDES, dirigido a estudiantes de Medicina de la Universidad de Panamá (UP)

-¿Qué deberíamos hacer como país para incentivar más la investigación clínica y así generar nuestras propias respuestas a problemas en salud pública?

-Cómo país y dentro de las instituciones, lo que hace falta es crear la investigación como una actividad oficial dentro de los centros de atención sanitaria, reconocer a quienes trabajen en investigación con horas dedicadas a estas actividades. Esto no existe de forma general en las instituciones de salud ni público ni privados, es decir en clínicas u hospitales, solo ocurre en instituciones dedicadas a tal fin como el Instituto Gorgas e  Indicasat… pero no en centros clínicos. Definitivamente es una limitante para que se generen proyectos, y para que las nuevas generaciones se interesen más, pues siempre es mejor educar con el ejemplo y participación activa en proyectos. 

-¿Cuáles son las acciones a futuro en el contexto de las próximas pandemias y enfermedades que desafiarán a la ciencia?

-Para estar preparados para este tipo de eventos se requiere en los centros asistenciales contar con la estructura, personal y y tiempo asignado a generar conocimientos locales.

Violeta Villar Liste
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