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Los virus respiratorios saturan las unidades de cuidados intensivos | Imagen archivo Hospital del Niño
Durante el “Conversatorio de expertos: actualización en la prevención de la infección respiratoria baja por VRS” en el LII Congreso Nacional de Pediatría Dra. Claude Vergés de la Sociedad Panameña de Pediatría (SPP), se conoció la exitosa experiencia de Chile de reducción de los casos. La SPP recomienda a las autoridades de salud tomar una decisión, adoptar las nuevas herramientas y así contribuir a reducir este problema de salud pública

Por: Cecilia Fonseca

Cecilia Fonseca es periodista con 30 años de ejercicio. Tiene Maestría en Dirección de Comunicación Corporativa y Marketing Digital. Programa de Desarrollo Directivo de Aden Business School, Diplomado en Gerencia Social y Políticas de Discapacidad” (OEA)

Las nuevas estrategias para afrontar el impacto que cada año tiene el Virus Respiratorio Sincitial (VRS) sobre la salud y la vida de los recién nacidos y, en términos económicos, para los sistemas sanitarios del mundo, incluido el de Panamá, fue uno de los temas de discusión en el reciente LII Congreso Nacional de Pediatría Dra. Claude Vergés.

Luego de que en 2023 se aprobaran dos estrategias de prevención –vacunar a la madre y administrar un anticuerpo monoclonal  (Nirsevimab)  a todos los recién nacidos— y que el resultado de ponerlas en práctica sea tan evidente como tener hospitales descongestionados porque no hay una avalancha de neonatos enfermos en la temporada más crítica, la comunidad médica y científica panameña ha solicitado una acción decidida de parte de las autoridades sanitarias para que la población pediátrica pueda recibir el beneficio.

Como alertó el grupo de trabajo PROUD (Preventing RespiratOry syncytial virUs in unDerdeveloped countries), formado por 24 expertos mundiales en VRS, en el paper Identifying the research, advocacy, policy and implementation needs for the prevention and management of respiratory syncytial virus lower respiratory tract infection in low- and middle-income countries, publicado en noviembre de 2022, “la infección de las vías respiratorias inferiores por el VRS causa cada año más de 3 millones de hospitalizaciones y más de 100,000 muertes en niños menores de 5 años. El 99% de estas muertes se producen en países de ingresos bajos y medios (PIBM), donde el VRS es la causa más frecuente de mortalidad entre los lactantes más allá del periodo neonatal (…)”.

El LII Congreso Nacional de Pediatría de la Sociedad Panameña de Pediatría (SPP) rindió homenaje a la Dra. Claude Vergés, quien es pediatra neumóloga, Doctora en Educación, docente de la Universidad de Panamá (UP) y un referente en Bioética. En la gráfica, la Dra. Marvis Corro, presidenta de la SPP, entrega el reconocimiento a una vida de mérito

Propuestas por la salud pediátrica

Durante el “Conversatorio de expertos: actualización en la prevención de la infección respiratoria baja por VRS”, el jueves 21 de julio, en el segundo día del congreso que organiza cada año la Sociedad Panameña de Pediatría, fue posible conocer distintas posiciones con respecto a las nuevas herramientas de salud pública para enfrentar el VRS.

“A juicio de muchos expertos la mejor estrategia es administrar el monoclonal, se le puede dar al 100% de los bebés cuando nacen; el problema de la vacuna materna es que las tasas de cobertura de vacunación materna en nuestros países –por ejemplo, para tosferina, tétanos, influenza, COVID— tienden a ser bajas; aparte, la vacunación materna está indicada para embarazadas con más de  32 semanas de gestación y para que la vacuna genere anticuerpos en la madre y le pasen al bebé a través de la placenta se necesitan por lo menos dos semanas”, explicó el Dr. Xavier Sáez-Llorens, quien junto al chileno Juan Pablo Torres, ambos pediatras, infectólogos e investigadores, participaron en el conversatorio.

Dr. Juan Pablo Torres y Dr. Xavier Sáez-Llorens


Sáez-Llorens considera que cuando se aplica la vacuna de hepatitis B y de BCG (tuberculosis) se puede administrar el anticuerpo monoclonal al 100% de los niños: es una sola dosis intramuscular y la protección de por lo menos seis meses.

En Panamá hasta ahora solo se utiliza el monoclonal Palivizumab, indicado para bebés de alto riesgo (prematuros menores de 32 semanas, cardiópatas y neumópatas). Tiene buen perfil, pero menos potente y amerita la aplicación de 5 a 6 dosis, con un costo de entre $1,200 a $1,500 por dosis, a diferencia de Nirsevimab (una dosis y costo inicial entre $200-$350, según el país comprador).

Además, del uso del Palivizumab, ante la ausencia de las nuevas estrategias, los especialistas exhortan a las recomendaciones generales de prevención en salud: higiene respiratoria, evitar que los niños estén en centros comerciales, es decir, que se expongan a mucha gente, lavado de manos, uso de mascarilla y lactancia materna, con el propósito de reducir las estadísticas, sobre todo de infecciones graves.

Con respecto al perfil de seguridad del nuevo anticuerpo monoclonal, Sáez-Llorens asegura que es muy bueno, que ya se han administrado cientos de miles de dosis en Europa y en Estados Unidos, y en Chile, hasta el momento en que se dio esta conversación, iban 100,000 dosis y no habían tenido ningún problema de seguridad.

De hecho, agregó, hay experiencias con otros monoclonales administrados al nacer y también la experiencia es muy buena.

Chile emula decisión de países desarrollados

El doctor Juan Pablo Torres, quien es uno de los expertos del mundo en VRS y forma parte del PROUD, destacó que frente a la crisis que vivían todos los años Chile tomó la decisión de seguir el camino marcado por países como España, Francia y Estados Unidos y comenzaron desde abril de 2024 a inmunizar a todos los niños que nacen durante la temporada invernal –de abril a septiembre va a ser en Chile— más todos los menores de seis meses hasta abril, haciendo una campaña de vacunación porque es en los menores de seis meses que se presentan cuadros más severos y en los que hay más hospitalización.

“Estamos empezando a ver ahora que el producto está siendo extremadamente seguro, no ha habido problemas en la seguridad por lo cual se ha generado confianza en la población, una buena cobertura  –de 85% en el grupo de menos de seis meses y del 97% en el nacido en temporada— y ya estamos empezando a ver los primeros datos de impacto: una disminución importante, muy significativa en la hospitalización de menores de seis meses que recibieron este tipo de monoclonal. Es un hito, marca un antes y un después de nuestros inviernos anteriores”, detalló Torres.

Datos de Chile de seguimiento de la aplicación del monoclonal, demuestran que el Nirsevimab disminuyó en población pediátrica el riesgo de hospitalización de 85% a 90%. Acotó que se puede co-administrar con cualquier otra vacuna y que se debe seguir vacunando a las siguientes cohortes para proteger a los neonatos.

El comportamiento en Chile con el VRS era similar al de Panamá y el resto de países. “Antes de esto teníamos siempre una mini pandemia de VRS todos los inviernos; cada año presentábamos saturación de los servicios de urgencia, atención ambulatoria, de camas de cuidados intensivos, y lo que estamos viendo ahora, con datos reales, es que no está saturado nuestro sistema de salud”, apuntó.

En este momento, de acuerdo con Sáez-Llorens y la presidenta de la Sociedad Panameña de Pediatría, Marvis Corro, los hospitales de Panamá están saturados de niños con enfermedades respiratorias y no solo con los cuadros típicos de infección y obstrucción de vías aéreas sino también con cuadros gastrointestinales.

Sobre la posibilidad de que la aplicación del anticuerpo monoclonal tenga algún impacto en otras enfermedades respiratorias, el experto en VRS de Chile, mencionó que a pesar de que el monoclonal es específico contra VRS tiene algunas interacciones con otros patógenos, por ejemplo, con el neumococo, y será interesante investigar y medir estos datos, porque se podría esperar que al haber menos VRS pudiera haber también menos infecciones por neumococo, porque el VRS predispone mucha veces a una infección por neumococo.

Y habrá más por investigar: a largo plazo podría reportarse reducción de cuadros asmáticos en los primeros tres años de vida de la población pediátrica al dejar de sufrir de VRS en edades tempranas.

“Sería un gran impacto no solo en el corto, sino en el mediano y largo plazo”, expresó el Dr. Torres, quien indica que todavía son necesarios más estudios.

Implementación de la estrategia en Panamá

El doctor Sáez-Llorens tenía el sueño de que Panamá fuera pionera en la aplicación de la estrategia preventiva contra el VRS, como lo fue con la vacuna del rotavirus y la del Virus del Papiloma Humano (VPH), pero, como dice, “Chile se nos adelantó”.

Comentó que habían sostenido conversaciones con las autoridades de Salud actuales y tendrán que hacerlo con las que están por llegar. “Es una decisión política: buscar los fondos y adquirir el medicamento. Muchos políticos ven este tipo de compras como gasto y no es así: se trata de inversión, porque incluso en Chile y en España se ha visto que la medida es costo-ahorrativa, es decir, ni siquiera es inversión costo efectiva, sino que el país en poco tiempo ahorra en hospitalización, en uso de UCI (unidades de cuidados intensivos), de ventiladores, en medicamentos”, indicó.

El galeno estima que, en función de los 65,000 niños y niñas que nacen cada año en el país, el Ministerio de Salud tendría que disponer de unos $13 millones anuales para costear la estrategia del anticuerpo monoclonal, tomando como costo estimado del fármaco lo que le cuesta a Chile (unos $230 cada dosis).

La urgencia de adoptar las medidas preventivas contra el VSR las expuso el 24 de marzo de 2024 la Sociedad Panameña de Pediatría, a través de un comunicado en el que planteó sus recomendaciones para la inmunización en menores de un año. “La vigilancia de la enfermedad causada por VRS en nuestro país presenta variaciones según la región de salud y la institución a la que asiste el paciente. A nivel del MINSA los reportes obtenidos son resultado de la vigilancia pasiva y sitios centinela de influenza (casos de bronquiolitis, neumonía y bronconeumonía), lo cual podría indicar un subregistro de casos (…) Consideramos muy oportuno destacar que actualmente el reporte de casos de VRS no es de notificación obligatoria, excepto que se produzca una muerte por este virus (…)” y advirtió que es fundamental actualizar las guías de vigilancia de virus respiratorios, incluyendo la búsqueda activa del VRS a nivel ambulatorio y hospitalario y el reporte obligatorio de esta enfermedad, para poder medir el impacto de la estrategia de prevención que se adopte en el país.

También remarcó en sus alegaciones el gremio médico, que, según datos del Hospital del Niño Dr. José Renán Esquivel, hay aislamiento de VRS durante todo el año con un pico de circulación entre los meses de julio a diciembre; que, en 2023, de 276 casos confirmados, los más afectados fueron los menores de seis meses, que representaron el 43.1% del total; y que en este centro hospitalario la mortalidad es de aproximadamente 1.2% anual, con  siete muertes por VRS en 2023.

La Agencia Europea de Medicamentos (EMA) expidió la aprobación del Nirsevimab en noviembre de 2022, la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) de Estados Unidos lo hizo en julio de 2023 y al mes siguiente el Comité Asesor en prácticas de vacunación publicó sus recomendaciones. En agosto de 2023, tanto la EMA como la FDA, aprobaron la vacuna RSVpreF que se aplica a las embarazadas.

La presidenta de la Sociedad Panameña de Pediatría (SPP), Marvis Corro, reflexionó que el VRS representa un problema de salud pública, tanto en Panamá como en los países de la región, porque amerita el ingreso a las áreas de intensivos de Neonatología y Pediatría que por lo general se saturan con la cantidad de pacientes pediátricos, afectados por la enfermedad.

Reconoció que nuevas estrategias para enfrentar el VRS significan costos, pero también no hacerlo se refleja en gastos de ventiladores, en días laborales, en turnos, en medicamentos, y el costo en vidas, “ya que el VRS incrementa la tasa de morbimortalidad infantil”, argumentó Corro.

Costo-efectividad y costo-beneficio en salud

Dr. Rodrigo DeAntonio

El Dr. Rodrigo DeAntonio, epidemiólogo, con maestría en Fármaco economía y doctor en Salud Pública dictó la ponencia Costo-efectividad y costo-beneficio de las estrategias de inmunización en pediatría.

Precisó, según datos de la Alianza Mundial de Inmunización, que entre 2011 y 2030 el ahorro en gastos de salud por las inmunizaciones será de aproximadamente $1,510 billones de dólares.

“Por eso es que no hablamos de un gasto sino de una inversión en inmunización. Por cada dólar que se invierte retornan aproximadamente $51 y esto da un poco el contexto de por qué las vacunas han sido declaradas uno de los 10 grandes logros en salud pública”, de acuerdo con una evaluación efectuada entre 2001 y 2010, indicó.

DeAntonio, quien es director ejecutivo y científico del Centro de Vacunación e Investigación CEVAXIN-Panamá sostuvo que los Comités asesores de inmunización deben incluir en sus evaluaciones para la toma de decisiones la económica, porque es una realidad que los gobiernos tienen restricciones presupuestarias y frente a la necesidad de financiamiento es necesario tratar de ver cuál sería el impacto que tendría esa inversión en la vida real.

“Esto implica tratar de que toda la información que obtenemos de los estudios clínicos se evalúe desde el punto de vista de valoración de la evidencia bajo esas restricciones presupuestarias y tratar de que, aplicando conceptos éticos, se puedan convertir realmente en guías de práctica clínica y políticas públicas que tengan un impacto tanto para el paciente como para el personal de salud”, afirmó.

Al final, señaló, la vacunación es una intervención cuya evaluación debe hacerse no solo con el impacto a nivel del individuo y los objetivos del programa –beneficios en salud como protección directa, indirecta o de rebaño sobre otros grupos poblacionales, controlar la enfermedad y eliminar o erradicar— sino también en los costos relacionados con la enfermedad: hospitalización, tratamiento, uso de recursos, y algunas ganancias en la comunidad, a nivel de productividad, sobre todo en pediatría, en los cuidadores.

Así, el análisis económico para la estrategia del VRS –resultados preliminares, manuscrito en preparación— indican, de acuerdo con la información proporcionada por DeAntonio, que, en el caso del anticuerpo monoclonal se obtendría mayor reducción de eventos, pero también se generarían ahorros significativos en costos de hospitalización en UCI, en consultas ambulatorias y de atención en urgencias, es decir, que además de costo-efectiva sería costo-ahorrativa.

“Hemos comparado lo que se podría obtener con inmunización materna, lo que se podría obtener con el uso de inmunización pasiva con anticuerpos monoclonales (…). Si bien estimamos que las diferencias que observan tienen que ver con algunos de los aspectos de cada una de las estrategias de inmunización, que incluyen la duración de la protección, la mayor eficacia y algunos aspectos programáticos”, entre otras, detalló el experto durante su ponencia.


Lactancia, alimentación balanceada, dormir y no ‘sobrevitaminar’ son clave para proteger a los niños de las enfermedades respiratorias

En un país en el que llueve la mayor parte del año, que hay pocas opciones para diversión lúdica en familia y en el que cada vez es más común ver a las familias –incluidos recién nacidos—‘paseando’ en los mall, vale la pena preguntarse cómo proteger a los neonatos y a los infantes de las enfermedades respiratorias.

La pediatra Yesenia Williams fue muy precisa en cómo hacerlo durante su exposición ¿Cómo proteger a nuestros niños de las infecciones respiratorias?, dictada en el LII Congreso Nacional de Pediatría, Dra. Claude Vergés.

  1. La evidencia indica que lo primordial es mantener una alimentación adecuada, incluyendo la lactancia materna exclusiva hasta los seis meses, manifestó Williams a La Web de la Salud. Explicó que la leche materna tiene oligosacáridos propios de la leche humana que tienen definidas propiedades inmunológicas y en los últimos estudios se ha visto que puede tener incluso una actividad antiviral por todos los cambios que se generan cuando el bebé se mantiene en lactancia materna.
  • Los niños empiezan su alimentación complementaria a partir de los seis meses, no antes, así que una vez inicie, que sea lo más natural posible, lo más saludable posible y siempre bien guiado: Evitar azúcares en exceso, evitar comida chatarra, gaseosas y los jugos de tetrapack, porque estos cambian la microbiota, que es ese ecosistema que tenemos en el intestino, principalmente, y pueden variar la respuesta a las enfermedades.
  • Mantener las vacunas al día y eso también aplica para los adultos. Hay vacunas específicas contra patógenos respiratorios, pero, en general hay muchas vacunas que buscan proteger al infante de enfermedades que pueden ser contagiosas.
  • La calidad del sueño también se ha visto que mejora la actividad inmunológica, así que la deprivación altera nuestra respuesta en el sistema inmunológico y eso puede también alterar la respuesta a las enfermedades infecciosas.  
  • La suplementación con vitaminas no es dar en exceso, todo lo que se da en exceso se deposita en algún lugar así que si el niño tiene buena alimentación tiene su aporte de micronutrientes y macronutrientes necesarios. No se ha visto que suplementar específicamente con zinc, vitamina C, D, A o E va a cambiar el curso de una enfermedad.

Aparte de estas cinco medidas, la doctora Williams recuerda la importancia de los consejos generales de salud, que deben ser aplicados por todos los integrantes de la casa y que deben enseñarse a los niños desde muy pequeños.

Yesenia Williams

En este grupo están: lavado de manos, aprender a toser y estornudar, si estamos enfermos quedarnos en casa, si estamos en la fase infecciosa de la enfermedad también quedarse en casa y eso incluye el colegio de los niños, si el niño está con fiebre no mandarlo a la escuela y tomar en cuenta los períodos de incubación de los virus, que son previo al inicio de síntomas (los cuadros por lo general duran una semana, pero el período de mayor contagio está en las primeras 72 horas).

La especialista afirma que no hay algo mágico, pero cuando sumamos todo podemos tener mejores resultados. También recordó que, a cualquier edad, si nos exponemos a ambientes en los que es lógico que haya cuadros respiratorios infecciosos estaremos susceptibles y, en el caso de los niños está esa ventana de los primeros seis meses, cuando no tienen la madurez inmunológica como para responder de manera adecuada a los ataques del entorno. Si a eso le sumamos que el niño no tenga sus vacunas regulares, advierte Williams, se aumenta el riesgo de contagio de esas enfermedades infecciosas.

Por: Cecilia Fonseca