El proyecto «Diálogos Intergeneracionales de Científicas Sociales Panameñas» celebra el legado de las pioneras en antropología, arqueología, sociología, geografía, educación, historia y urbanismo de Panamá.
Esta iniciativa, a su vez, forma parte del proyecto Pioneras de la Ciencia en Panamá, coordinado por la Dra. Eugenia Rodríguez Blanco, investigadora del Centro Internacional de Estudios Políticos y Sociales (CIEPS).
Como parte del esfuerzo por dar a conocer los resultados de esta investigación que se publicará en un libro, se desarrolló el seminario «Diálogos Intergeneracionales de Científicas Sociales Panameñas», entre el CIEPS y el Museo del Canal, con el apoyo de la Secretaría Nacional de Ciencia y Tecnología (Senacyt): Pioneras de la ciencia en Panamá: una historia que continúa (I)
Hoy presentamos parte del legado de Carmen Miró en sociología y demografía, ponencia de la Dra. Eugenia Rodríguez Blanco y coautora junto con Paula Martes.
El pensamiento de la demógrafa Carmen Miró en el estudio crítico del embarazo adolescente: una genealogía
La Dra. Eugenia Rodríguez Blanco es Doctora en Antropología Social y magíster en género y desarrollo. Desde 2014 se encuentra vinculada a la Universidad de Panamá como investigadora del Centro de Investigaciones de la Facultad de Humanidades. Es investigadora del CIEPS.
Paula Martes es doctoranda de Demografía en El Colegio de México, experta en fecundidad adolescente.
Ambas participan en el capítulo dedicado a la demógrafa, titulado El pensamiento de la demógrafa Carmen Miró en el estudio crítico del embarazo adolescente: una genealogía.
El sociólogo y docente panameño Marco A. Gandásegui (1943-2020), definió a Carmen A. Miró como «la demógrafa panameña honrada en el mundo entero», así como científica social y luchadora.
Tenía 103 años cuando falleció: el 18 de septiembre de 2022.
«La mía es una actitud vital: hasta cuando el cuerpo y la mente funcionen trabajaré», dijo en una entrevista a Magela Cabrera Arias y así fue.
Nació en ciudad de Panamá el 19 de abril de 1919. Hija del gran poeta panameño Ricardo Miró, su vida es un legado:
Hizo sus estudios secundarios en el Instituto Nacional. Obtuvo su licenciatura en comercio en la Facultad de Administración Pública de la Universidad de Panamá, y luego siguió estudios de sociología y estadística en el Colegio Saint Catherine, en Minnesotta, Estados Unidos; continuó estudios de posgrado en la Universidad Johns Hopkins, en Baltimore. En la London School of Economics and Political Science completó estudios de maestría y predoctorado en demografía y economía. Fue directora de Estadística y Censo en la Contraloría General de la República. En 1950 le tocó organizar el primer censo de población de la república basado en criterios científicos. Fue la directora fundadora del Instituto de Estudios Nacionales de la Universidad de Panamá entre 1987 y 1992. Ejerció la docencia universitaria en forma ininterrumpida durante las décadas de 1940 y 1950. (…)
En 1958, Carmen A. Miró, contratada por las Naciones Unidas, se trasladó a Santiago de Chile, donde a los pocos meses se le encargó la dirección del recién creado Centro Latinoamericano de Demografía (CELADE), donde desarrolló una labor que le sería reconocida mundialmente. En 1973 fue elegida presidenta de la Unión Internacional para el Estudio Científico de la Población, cargo que ejerció hasta 1977. La Unión es una organización de carácter mundial, que reúne profesionales de la demografía y ciencias afines de más de 120 países, y de la cual es actualmente presidenta honoraria. En 1976 se trasladó a la Ciudad de México, donde asumió la presidencia del Grupo Internacional de Evaluación de la Investigación en Ciencias Sociales sobre Población y Desarrollo, que culminó su trabajo con la publicación del libro Población y desarrollo. Estado del conocimiento y prioridades de investigación, patrocinado por El Colegio de México, que fue la sede del mencionado grupo. El libro también fue publicado en inglés. En 1984 recibió el Premio de Población concedido por las Naciones Unidas. En la actualidad es consultora del Fondo de las Naciones Unidas para Actividades de Población. Además, es miembro a titulo individual del Consejo Superior de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO). (Fuente: Marco A. Gandásegui, H. Palabras del autor en ocasión de la entrega del Premio Ciencia 2002, otorgado por la Asociación Panameña para el Avance de la Ciencia (APANAC) a Carmén Miró: Carmen A, Miró, la demógrafa panameña honrada en el mundo entero)
Resumen:
Durante su intervención, la Dra. Eugenia Rodríguez Blanco reiteró las palabras de Marco A. Gandásegui: “Carmen Miró es una referencia en la demografía latinoamericana”. Y lo hacía, afirma Rodríguez Blanco, “por una razón muy importante y es que reconocía la importancia de estudiar los fenómenos demográficos en sus contextos”.
Explicaba la pionera que realidades como la fecundidad alta o la migración debían ser analizados en su contexto crítico que para ella era “el modelo de desarrollo económico capitalista y sus políticas neoliberales y, por otro lado, las condiciones de injusticia y desigualdad social de América Latina”.
Para Miró estos contextos debían ser estudiados por nosotros mismos porque se aplicaban recetas con políticas de fuera que desconocían estas realidades y así se producían respuestas como “las políticas masivas de esterilización forzada que hubo en muchas comunidades rurales e indígenas para controlar esa fecundidad alta en colectivos específicos”.
“Lo criticaba no solo como una crítica anticapitalista o una crítica contra la injusticia y la desigualdad social, sino porque Miró era una super defensora de los derechos humanos, sexuales y reproductivos de las mujeres en un momento en el que los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres todavía ni siquiera estaban definidos”.
Esta afirmación de los derechos sexuales y reproductivos ocurrirá hacia los años 90 en el contexto de la Conferencia de El Cairo.
Miró, recuerda la investigadora, decía que necesitábamos profesionales de la región y por eso se esforzó tanto en formar demógrafos latinoamericanos y latinoamericanas que pudieran estudiar sus contextos.
La Dra. Rodríguez explica que este contexto es el punto de partida para la pregunta de investigación: ¿Cómo aportan las contribuciones teóricas, analíticas y políticas pioneras de Carmen Miró a los estudios de población para la comprensión del embarazo adolescente y el desarrollo de políticas para abordarlo/prevenirlo?
Como parte del trabajo de investigación, Paula Martes ha revisado en los archivos de El Colegio de México que conserva mucha información sobre el trabajo de Carmen Miró.
Al respecto, encontraron dos iniciativas que Miró desarrolló a finales de los 50 y durante los 60: unas encuestas que hizo en el año 1959 a un grupo de 70 mujeres de contexto rural. Se llamó la Primera Encuesta Experimental de Fecundidad y luego unas encuestas que aplicó en los años 60 en siete países de la región, incluido Panamá, que era un programa de encuestas de fecundidad comparada.
La pionera “quería saber cuáles eran los conocimientos, las actitudes, las opiniones, los valores y las prácticas de las personas que podían hacernos entender por qué se comportaban, cómo se comportaban o por qué tomaban las decisiones que tomaban en términos de salud sexual y reproductiva».
Los comportamientos y las decisiones sexuales y reproductivas, decía Miró, están muy mediadas por todos estos elementos.
De esta forma, definió una serie de variables que hasta ese momento no eran considerados en los estudios de fecundidad.
Además de las encuestas, decidió estudiar a un grupo de mujeres del rural porque sabía que las mujeres tenían una posición en relación a la reproducción y, las rurales, en particular.
Miró hizo preguntas de género pero no lo desarrolló de manera teórica. Quien sí lo hizo, en el año 1978, fue Bongaarts, un demógrafo estadounidense, quien elaboró un modelo estadístico de variables intermedias de fecundidad “y siempre es citado en todos los estudios de fecundidad, sin embargo, Carmen no”, observación que demuestra la brecha de género en la ciencia.
Cita a Miró quien razona: “No es cierto que nuestros países tengan problemas de población. Lo que sí es cierto es que existen sectores de la población con graves problemas. No es cierto que los pobres sean muy pobres porque tienen muchos hijos, lo cierto es que tienen muchos hijos porque son pobres”.
La investigadora señala que este planteamiento no es solo crítico: Miró logra poner el problema en las causas y no en las consecuencias. “Es precisamente lo que nosotras rescatamos” al analizar el embarazo en la adolescencia.
Miró tendrá un pensamiento central de preocupación por el bienestar de las personas al decir: esas personas están en problemas y y lo que visibiliza el problema es un comportamiento demográfico particular; una migración y una fecundidad adolescente que debe ser el objeto de las políticas.
Ella decía: “El fin de las políticas de población no tiene que ser el crecimiento económico; el fin de las políticas de población tiene que ser el bienestar de las personas y el bienestar de las personas generará mayor o mejor desarrollo en nuestras sociedades”.
Una segunda idea de Miró es el reconocimiento y la lucha por la desigualdad y la inequidad social. “Le preocupaba especialmente por dos condiciones: la socioeconómica y la condición territorial. Ella siempre estaba hablando de ese cruce de variables que había que hacer por clase social y por el contexto rural urbano y finalmente respetar y hacer valer los derechos humanos y, especialmente, los derechos sexuales y reproductivos”.
La investigadora analiza que existe un discurso hegemónico en relación al embarazo en la adolescencia que también se plantea en Panamá y ocurre cuando se percibe como un problema de salud social por las consecuencias perjudiciales que genera en la adolescencia, en sus familias y en la sociedad.
“El problema del embarazo en la adolescencia es que reproduce la pobreza de esas adolescentes y no las saca del círculo de la pobreza. Abandonan la escuela y esta realidad también tiene incidencia en sus condiciones de pobreza, en su salud y en la de sus bebés”.
En conclusión, Miró genera ideas que permite a las investigadoras vincularlas con su estudio de embarazo adolescente.
De este modo, sitúa lo problemático en las causas del fenómeno más que en sus consecuencias.
No hay problemas de población sino población con problemas.
Considera y analiza críticamente la pobreza como causa del fenómeno más que como consecuencia.
No se tienen hijos porque las personas son pobres, afirma Miró y analiza la dinámica demográfica como indicador de la desigualdad social existente.
“Miró pedía esta aproximación. De hecho, en el caso de la tasa de fecundidad adolescente en Panamá, es muy diversa según los colectivos sociales”, precisa la Dra. Rodríguez.
La pionera se inclinaba por estudios específicos que incluyeran también valores, actitudes y deseos. Una manera más humana de entender los problemas de la sociedad y conseguir respuestas empáticas y solidarias.
Para ver y escuchar:
Con información del seminario «Diálogos Intergeneracionales de Científicas Sociales Panameñas»