La joven científica que decidió construir el futuro y no sentarse a esperar, logró descubrir su pasión hacia la ciencia gracias al programa PISTA y su pasantía en el INDICASAT AIP. Hoy es un ejemplo en el Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia
Por: Violeta Villar Liste
En ese futuro que construye día a día, se mira como “una científica comprometida no solo con el descubrimiento y la innovación, sino también con la responsabilidad de aplicar esos descubrimientos para resolver problemas reales y mejorar la calidad de vida de las personas”
Su presencia se ha vuelto una constante en donde se habla de talento joven. En el mundo virtual, en el real de carne y hueso, el nombre de Vanessa Gaitán se escucha como ejemplo de la auténtica influencer a quien se debe seguir, dar “like” y admirar por su propósito de trascender sin perder la sensibilidad y la amabilidad.
Tiene 19 años y se define como “una apasionada por la investigación científica”. Estudiante de Ingeniería Biomédica en la Universidad Especializada de las Américas (Udelas), es también pasante en el Instituto de Investigaciones Científicas y Servicios de Alta Tecnología (INDICASAT AIP)”, institución que “no solo me enseñó ciencia, sino que me mostró lo que realmente me apasiona y hacia dónde quiero dirigir mi carrera”, afirma.
Que tu origen no define tu propósito ni el mañana, lo sabe y lo expresa en una frase que le da aliento en cualquier tempestad: “El futuro no se espera, se construye».

Y así mismo: ni sentada ni cansada. Su futuro se lo ha construido a pulso esta joven nacida en la provincia de Panamá. Su padre, “chiricano transportista independiente, y su madre, una coclesana docente de educación media”, siempre creyeron en el poder de la educación y en el esfuerzo.
Donde faltaban los recursos, crecía el amor y la voluntad de sus padres de brindarle buena formación y apoyar sus pasos. Ellos fueron sus primeros mentores y ayudaron a construir a quien es un ejemplo este 11-F Día Internacional de la Mujer y de la Niña en la Ciencia.
Vanessa Gaitán estudió en la Escuela Americana y este futuro que empezó a construir la llevó a destacar como cuadro de honor, abanderada en las fiestas patrias y líder de proyectos escolares.
Dedicación, esfuerzo y voluntad le permitieron graduarse como primer puesto de honor.
Sin embargo, ante las opciones de estudio, no tenía claro qué estudiar: ¿Medicina, Derecho, comunicación social…? No estaba clara si eran estas opciones, si bien en su vida diaria es una comunicadora innata, se expresa con la claridad del abogado y vive la entrega del médico.
PISTA: cuando todo cambió
La certeza académica llegó en 2022 cuando fue seleccionada para formar parte del Programa Interinstitucional de Seguimiento al Talento Académico (PISTA), “una convocatoria a la que aplicaron 200 estudiantes, de los cuales solo los mejores 80 fueron elegidos tras rigurosas pruebas de inteligencia, conocimientos, evaluación psicológica y vocación científica”, explica.
Tenía solo 16 años, cuando se incorpora al programa PISTA. Los sábados serán jornadas fascinantes en la Universidad Interamericana de Panamá (UIP), “donde mis profesores eran doctores y expertos en ciencia que me retaron más allá de lo que creía posible”.
Para Vanessa Gaitán, la experiencia de PISTA “no fue solo un programa, fue un desafío que marcó un antes y un después en mi vida. Me exigió disciplina, esfuerzo y resiliencia, pero, sobre todo, me dio la oportunidad de descubrir mi verdadera pasión: la investigación científica”.
El programa PISTA, financiado por la Secretaría Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación (Senacyt), es ejecutado por la UIP.
Cuenta que está estructurado como una maestría científica, con 20 cursos distribuidos en tres años y le permitió especializarse en Biología aplicada a la salud.
Durante su formación, realizó su investigación de forma presencial en el Instituto de Investigaciones Científicas y Servicios de Alta Tecnología (INDICASAT AIP), bajo la mentoría del reconocido investigador, Dr. Rolando Gittens.
Conocer a científicos de diversas disciplinas, físicos, ingenieros, biotecnólogos, químicos, biólogos y biomédicos, le permitió descubrir su pasión por el área de células madre e ingeniería de tejidos. Asume el compromiso de contribuir al desarrollo científico de Panamá.
La beca de Ifarhu que nunca llegó
En 2023 se graduó como primer puesto de honor y fue la única de su escuela en ganar una beca del Instituto para la Formación y Aprovechamiento de Recursos Humanos (Ifarhu).
La beca era de $200 al mes y el esfuerzo de sus padres pagaría la diferencia. Se inscribe en una universidad privada para estudiar Biotecnología y ocurre que en 2024 “el Ifarhu no cumplió con ningún pago durante todo el año”, situación que le impidió continuar sus estudios.
Notifica al Ifarhu que se cambiaría a otra universidad por motivos económicos y la institución decide retirarle el beneficio.
Sin embargo, con su pensamiento en mente, “El futuro no se espera, se construye», se inscribe en Udelas y en marzo de 2025 iniciará la carrera de Ingeniería Biomédica.
“Si algo me enseñó esta experiencia es que los tropiezos no son el final del camino, son parte del aprendizaje.”
Su pasión, constancia y empeño multiplica las oportunidades de su destino: continuará como pasante en INDICASAT AIP para colaborar en una nueva investigación sobre biomateriales. También seguirá su formación a través de un programa de la Senacyt y como parte de la Red Nacional de Museos.
La ciencia más allá del aula

Al ampliar el impacto del programa PISTA en su vida, cuenta que “antes de ingresar, no sabía que la ciencia podía apasionarme de esta manera. Era una estudiante dedicada a mis estudios, pero nunca había explorado el potencial real que había más allá del aula. PISTA me sacó de mi zona de confort y me mostró un mundo lleno de posibilidades”.
A través del programa, aprendió “a desarrollar propuestas de investigación, manejar referencias bibliográficas y aplicar el método científico”.
Pero lo más importante, observa, fue su especialización en Biología aplicada a la salud, “un área que despertó en mí una pasión genuina. Cada clase y proyecto me ayudaron a conectar el conocimiento teórico con aplicaciones prácticas, lo que finalmente me preparó para dar el siguiente gran paso: mi ingreso a INDICASAT AIP”.
“Fue en INDICASAT donde ese conocimiento se transformó en experiencia real. Allí, pasar horas en el laboratorio dejó de ser una tarea para convertirse en una pasión. PISTA no solo me abrió esa puerta, sino que me enseñó a buscar oportunidades, aprovecharlas y demostrar que estoy lista para enfrentar desafíos. Hoy, gracias a PISTA, no solo veo la ciencia como una carrera, sino como mi propósito”.
A Vanessa Gaitán le correspondió ser la oradora en el discurso de graduación del programa PISTA, celebrado el 26 de enero de 2025.
¿Qué le dijo a otros jóvenes para animarlos a continuar?
1. Atreverse a salir de la zona de confort: PISTA fue el impulso que necesitaba para dejar atrás el miedo a lo desconocido y descubrir mi verdadero potencial. Salir de mi zona de confort no fue fácil, pero cada desafío me mostró que cuando te atreves a dar el primer paso, te das cuenta de que eres capaz de más de lo que imaginabas.
2. Evolucionar como personas, no solo como estudiantes: PISTA no solo nos enseñó conocimientos científicos, nos formó integralmente. Desarrollamos habilidades que van más allá del laboratorio: aprendimos a comunicarnos mejor, a liderar equipos y a adaptarnos a diferentes situaciones. Colaborar con otros estudiantes brillantes y con mentores experimentados nos enseñó que la ciencia no es un esfuerzo individual, sino colectivo. Esta experiencia nos preparó para trabajar en equipo, resolver problemas y ser líderes en los proyectos que enfrentaremos en el futuro.
3. Compromiso de usar lo aprendido para cambiar nuestro entorno: Lo más importante que me llevo de PISTA es la responsabilidad de aplicar lo aprendido para hacer la diferencia. No se trató solo de acumular conocimientos, sino de entender que nuestro trabajo puede impactar vidas. Sabemos que Panamá necesita jóvenes preparados para resolver los desafíos del país, y nosotros, como egresados de PISTA, tenemos el compromiso de aportar soluciones reales. Quiero motivar a otros jóvenes a ver su educación como una herramienta para cambiar su comunidad, su país y, por qué no, el mundo.
INDICASAT AIP le mostró su pasión

Si PISTA la cambió, INDICASAT AIP la transformó: “Mi vinculación con INDICASAT fue, sin duda, una de las experiencias más transformadoras de mi vida. Tenía solo 17 años cuando entré por primera vez a un laboratorio real, rodeada de científicos de diversas disciplinas, equipos avanzados y proyectos de investigación que iban mucho más allá de lo que había imaginado en la escuela. Lo que para otros podría haber sido intimidante, para mí fue emocionante y revelador” .
Relata que esta experiencia la ayudó a crecer. De la teoría pasó a incorporarse a un equipo de investigación y enfrentar retos reales, “donde mis decisiones importaban, porque ya no estaba en un entorno de aprendizaje hipotético; los errores y los aciertos tenían consecuencias reales. Ese sentido de responsabilidad me enseñó a ser más disciplinada, a trabajar con precisión y a tomar cada tarea con el compromiso que exige la ciencia”.
Cuenta que en INDICASAT AIP descubrió la magia del proceso científico “y ver cómo pequeños avances podían tener grandes significados”.
“INDICASAT AIP no solo me enseñó ciencia, sino que me mostró lo que realmente me apasiona y hacia dónde quiero dirigir mi carrera. A esa edad, encontrar algo tan claro no es común, y por eso considero esta experiencia un regalo invaluable que me dio PISTA y la oportunidad de INDICASAT. Fue el inicio de un camino que estoy lista para seguir recorriendo”.
Contribución a la ingeniería de tejidos y la biotecnología
Como hemos contado, el programa PISTA implicaba desarrollar una investigación como requisito para graduarse. Conoce al Dr. Rolando Gittens, PhD en Bioingeniería y quien ocupaba la posición de investigador en el INDICASAT AIP, y quedó “maravillada por su trabajo en el área de biomateriales y nanotecnología”.
De esta forma, se incorpora a un proyecto que ya estaba en marcha sobre el potencial de las hojas de bijao en la medicina regenerativa e incluso suma a otra de sus compañeras de PISTA, Ennie Brandao, y juntas trabajaron en el desarrollo de la investigación.

Agradece el apoyo y liderazgo del Dr. Gittens como mentor y quien gestionó el financiamiento del proyecto, acompañamiento del Mgtr. Mario Correa, en el laboratorio, enseñándoles los procedimientos técnicos; del Lic. Kevin Amaya, quien las apoyó en la obtención de imágenes mediante el Microscopio Electrónico de Barrido, una herramienta clave para el análisis de los resultados (ver imagen)
La investigación se titula «Estandarización de un Protocolo Optimizado de Descelularización de Hojas de Bijao (Calathea lutea) para Andamios Sostenibles» “y representa un avance significativo en el campo de la ingeniería de tejidos en Panamá”.
La coautora explica que “tuvo como objetivo optimizar los protocolos de descelularización de hojas de bijao, un recurso vegetal abundante en Panamá, para generar andamios sostenibles con potencial aplicación en medicina regenerativa”.
“La descelularización es una técnica que elimina las células de un tejido, dejando únicamente la matriz extracelular (MEC), la cual sirve como un andamio tridimensional para la regeneración celular. Este enfoque tiene como ventaja la posibilidad de sembrar células de origen animal o humano sobre estos andamios vegetales, ofreciendo soluciones innovadoras y sostenibles en comparación con los costosos y limitados andamios de origen animal o sintético”.
Lo que hace a nuestra investigación innovadora, describe, es cómo logramos reducir el tiempo necesario para descelularizar hojas de bijao, una etapa clave en la preparación de estos materiales, de 24 horas a solo 6 horas. “Este proceso se basa en incubar las hojas en una solución de bleach (hipoclorito de sodio) y Tritón, un agente químico que ayuda a eliminar las células sin dañar la estructura de la hoja”.
“¿Por qué es importante esta reducción? Porque significa que podemos producir estos andamios más rápido, utilizando menos recursos y haciendo el proceso más eficiente. Esto es como cocinar un platillo en la mitad del tiempo sin perder el sabor ni la calidad, pero en este caso, estamos hablando de andamios que podrían ser utilizados en la regeneración de tejidos humanos”.
Lo realmente innovador, argumenta, no es solo el tiempo que ahorramos, sino que demostramos que la estructura de la hoja, conocida como matriz extracelular, sigue intacta y mantiene sus características esenciales para el crecimiento de células nuevas.
Resume que “el estudio constituye una valiosa contribución científica que fortalece las capacidades locales en el campo de la ingeniería de tejidos y la biotecnología. Los resultados obtenidos sientan las bases para futuras investigaciones en Panamá, promoviendo el uso de recursos vegetales abundantes y sostenibles como el bijao en aplicaciones biomédicas”.
De igual modo, subraya, abre oportunidades para continuar explorando y desarrollando protocolos que puedan ser implementados en contextos regionales e internacionales, beneficiando tanto a la comunidad científica como a sectores relacionados con la medicina regenerativa.

Científica comprometida con la innovación
En ese futuro que construye día a día, se mira como “una científica comprometida no solo con el descubrimiento y la innovación, sino también con la responsabilidad de aplicar esos descubrimientos para resolver problemas reales y mejorar la calidad de vida de las personas”.
Se imagina “trabajando en proyectos relacionados con la medicina regenerativa, el desarrollo de biomateriales y las tecnologías que pueden transformar la salud en Panamá y más allá. Quiero estar en laboratorios donde cada experimento tenga el potencial de cambiar vidas y donde la ciencia no se quede solo en publicaciones, sino que llegue a las comunidades que más lo necesitan”.
Otros sueño que ya pone en marcha, es la divulgación científica. Enseñar y motivar a las futuras generaciones se ha convertido en una tarea que desarrolla en el mundo virtual y en el real.
Y más allá quiere “crear programas de mentoría y abrir espacios donde los jóvenes puedan descubrir, como yo lo hice, que la ciencia es emocionante, cercana y está al alcance de quienes tengan la curiosidad y el coraje de perseguirla”.
Si le piden un resumen de su futuro en marcha, se imagina “como una científica que no solo investiga, sino que conecta la ciencia con las personas, con el país y con el desarrollo sostenible”.
-¿Consejos para otras chicas que aspiren a seguir este camino?
Vanessa Gaitán invita a otras chicas a participar en diferentes actividades y proyectos para conseguir su pasión.
Aprender a comunicar es otra herramienta que abre puertas, “ya sea en ciencia, tecnología o cualquier otra área”.
Concede gran valor a los mentores, “guías esenciales que te apoyarán y te ayudarán a crecer. Ellos ya han recorrido parte del camino y te darán consejos valiosos para enfrentar los desafíos que encuentres”.
Recomienda a las jóvenes construir su presencia profesional: desde crear un perfil en LinkedIn hasta utilizar la tecnología con propósito y mostrar tus logros de manera positiva, “tanto para crecer como para inspirar a otros”.
-¿Por qué deberían involucrarse en los programas de Senacyt?
-Porque son gratuitos y están llenos de oportunidades reales. No solo aprenderás de mentores expertos, y profesionales apasionados que te guiarán y te ayudarán a crecer, sino que te unirás a una comunidad de personas que comparten tus mismos sueños y te seguirán apoyando incluso cuando termine el programa.
Subraya que al participar en estos programas, además del conocimiento, las personas pueden conocer los programas de becas, pasantías y proyectos, que ayudarán a que el futuro no sea una utopía intangible: está aquí, en ejemplos como el de Vanessa Gaitán, la joven científica que no espera, no se sienta, no se lamenta: se construye.
Por: Violeta Villar Liste | [email protected]