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Las uñas sucias pueden acumular bacterias y hongos, lo que puede llevar a infecciones en la piel alrededor de las uñas (panaritios) y en las propias uñas (onicomicosis)

Por: Dra. Karen Courville, FACP, SIN

La Dra. Karen Courville es egresada de la Facultad de Medicina de la Universidad de Panamá. Realizó estudios en Medicina Interna y Nefrología en el Complejo Hospitalario Dr. Arnulfo A. Madrid.  Tiene un Fellow en Investigación Renal del Instituto Mario Negri en Bérgamo, Italia.  Investigadora del Instituto de Ciencias Médicas de Las TablasMiembro del Sistema Nacional de Investigación (SNI)

Nuestra piel es una barrera protectora. Cuando tenemos una infección en una uña, esa barrera se debilita en esa zona y los microorganismos pueden penetrar, aprovechando esa debilidad y extenderse a la piel circundante. Una infección en las uñas puede ser como una pequeña puerta abierta que permite que estos microorganismos invadan la piel. En pacientes con enfermedades crónicas, esta puerta es más fácil de abrir y más difícil de cerrar debido a un sistema inmunológico debilitado y otros factores.

Mantener las uñas limpias es fundamental para prevenir infecciones, tanto locales como sistémicas. Las uñas sucias pueden acumular bacterias y hongos, lo que puede llevar a infecciones en la piel alrededor de las uñas (panaritios) y en las propias uñas (onicomicosis). Mantener las uñas cortas y limpias reduce este riesgo.

En pacientes con enfermedades crónicas, la piel puede ser más susceptible a infecciones. La celulitis es una infección bacteriana que puede ocurrir cuando hay roturas en la piel y las uñas sucias pueden contribuir a estas roturas. La infección en la uña provoca una respuesta inflamatoria, que puede resultar en edema (hinchazón) y enrojecimiento en la zona afectada. Si esta inflamación se extiende, las bacterias pueden también viajar a través del sistema linfático, propagándose desde la zona de infección en las uñas hacia otras áreas de la piel, lo que puede resultar en celulitis o infección de tejidos blandos.

¿Por qué es más común en pacientes crónicos?

Las enfermedades crónicas a menudo comprometen el sistema inmunológico, haciendo que el cuerpo sea menos efectivo para combatir infecciones, ya que las defensas son ineficientes para combatirla, aumentando su vulnerabilidad a infecciones.

Algunas enfermedades crónicas afectan la circulación sanguínea, lo que dificulta que el cuerpo envíe células inmunitarias para combatir la infección y reparar los tejidos dañados. Algunas personas pueden tener problemas para mantener los pies secos, lo cual crea un ambiente húmedo ideal para el crecimiento de hongos y bacterias.

En algunas enfermedades, hay aumento de riesgo de infecciones en las uñas. En la diabetes se pueden dañar los vasos sanguíneos, lo que dificulta que las células inmunitarias lleguen a la zona infectada para combatirla. Además, las heridas de las personas con diabetes tardan más en sanar, lo que aumenta el riesgo de infecciones y pueden tener daño a los nervios, lo que disminuye la sensibilidad en los pies y hace que las personas sean menos propensas a notar lesiones o infecciones.

En la obesidad, los pliegues de la piel en personas con obesidad crean un ambiente húmedo y cálido, ideal para el crecimiento de bacterias y hongos, y la resistencia a la insulina también puede afectar el sistema inmunológico y la capacidad del cuerpo para combatir las infecciones.

Con la edad avanzada, la piel se vuelve más delgada y nuestro sistema inmunológico se debilita. Algunas situaciones en donde se produzcan cortes, quemaduras, picaduras de insectos y otras lesiones pueden proporcionar una vía de entrada para las bacterias.

¿Cómo las infecciones en las uñas pueden afectar el resto de la piel?

Las infecciones pueden ser causadas tanto por bacterias como por hongos y las dos pueden debilitar la barrera protectora de la piel, haciendo que sea más susceptible a otras infecciones.

Infecciones bacterianas en las uñas son causadas principalmente por bacterias como Staphylococcus aureus y Pseudomonas aeruginosa. En el área afectada se puede producir enrojecimiento, hinchazón y dolor alrededor de la uña (paroniquia), pus, uña de color verde o negra. Se producen de manera más agudas y dolorosas que las fúngicas o causadas por las infecciones por hongos. Estas infecciones pueden causar celulitis, un tipo de infección bacteriana de la piel que se extiende más allá del área infectada inicialmente.

Las infecciones fúngicas en las uñas (onicomicosis) son causadas por hongos dermatofitos, levaduras y mohos. Las uñas pueden volverse gruesas, decolorarse o volverse (amarilla, blanca o marrón), quebradizas, o separarse del lecho ungueal.  El proceso es más crónico y lento. Pueden causar sequedad, picazón y descamación alrededor de la uña. En casos graves, pueden propagarse a la piel circundante y causar una celulitis. Mantener la piel húmeda por largos períodos, como al usar guantes o calzado cerrado, puede favorecer el crecimiento de hongos y bacterias.

La infección provoca una respuesta inflamatoria, que puede resultar en edema (hinchazón) y enrojecimiento en la zona afectada. Si estas bacterias viajan a través del sistema linfático, se propagan desde la zona de infección en las uñas hacia otras áreas de la piel, lo que puede resultar en celulitis, es decir, una infección de tejidos blandos más severa, se presenta de manera más frecuente en las piernas, y que necesita antibióticos y en algunos casos, hospitalización.

¿Cómo prevenir las infecciones en la piel?

El aseo de las manos es importante, especialmente antes de comer, después de ir al baño y después de tocar superficies contaminadas. En el caso de los pies, después de bañarse, es importante secar completamente los pliegues entre los dedos. Debe hacerse sentado en una silla para evitar caídas. Es importante mantener la piel hidratada, ya que esto ayuda a crear una barrera protectora contra las bacterias. En caso de tener una herida, se debe evitar rascar o manipularla para evitar introducir bacterias en la herida y empeorar la infección.

Es importante el control adecuado de las enfermedades crónicas: en el caso de la diabetes se debe controlar los niveles de glucosa en sangre, revisar los pies diariamente y usar calzado adecuado. En persona con obesidad, se debe tratar de perder peso, mantener una buena higiene en los pliegues cutáneos y tratar las infecciones de manera oportuna.

Para evitar infecciones por hongos, se deben mantener los pies secos, cambiarse los calcetines diariamente y usar calzado que permita que los pies respiren; evitar compartir objetos personales como toallas, ropa interior o calzado. Si sospechas que tienes una infección fúngica, o si tienes alguna herida que no cicatriza, enrojecimiento, hinchazón, dolor o drenaje, es importante que consultes a un médico

Por supuesto, recordar la importancia de una alimentación equilibrada, ya que una dieta rica en frutas, verduras y proteínas ayuda a fortalecer el sistema inmunológico. La actividad física mejora la circulación y ayuda a combatir las infecciones, y el estrés puede debilitar el sistema inmunológico, por lo que es importante encontrar formas saludables de manejarlo.

Por: Dra. Karen Courville, FACP, SIN