En las tres primeras páginas de esta edición, el editor del Papel Literario escribe «sobre la rigurosa (y quizá todavía insuperable) biografía de Sexton escrita por Diane Wood Midldebrook, y sobre Buscando a Mercy Street, las dolorosas memorias de Linda Gray Sexton -hija mayor de Sexton-«. También unos poemas que la recuerdan
Por: Nelson Rivera, director del Papel Literario del diario El Nacional
I.
Un día de diciembre de 1956, sentada frente al televisor, Anne Sexton (1958-1974) escuchó al crítico literario inglés Ivor Armtrong Richards, hablar del soneto. Acababa de cumplir 28 años y su relación previa con la poesía era casi inexistente. Algo se activó entonces. Tomó notas y comenzó a escribir poemas. En la siguiente sesión con su siquiatra conversaron sobre lo sucedido. Martin Orne la animó a seguir. Cuando volvió a la terapia en enero de 1957, Sexton llevaba consigo un lote de poemas, cuidadosamente mecanografiados y fechados. En los siguientes tres años Sexton se hizo amiga de Maxine Kunin, vecina suya y poeta ganadora del Premio Pulitzer en 1973; fue parte de los talleres literarios de John Holmes y Robert Lowell (en este coincidió con Silvia Plath); publicó sus dos primeros libros; poemas suyos aparecieron en más de 40 revistas; protagonizó recitales desbordados por el público. En 1967, su libro Vive o muere recibió el Premio Pulitzer de Poesía.
II.
Tras intentarlo en varias ocasiones, Sexton logró acabar con su vida en 1974. En el camino, su vida, la de su esposo y sus dos hijas, fueron devastadas por su enfermedad mental. En las tres primeras páginas de esta edición, escribo sobre la rigurosa (y quizá todavía insuperable) biografía de Sexton escrita por Diane Wood Midldebrook, y sobre Buscando a Mercy Street, las dolorosas memorias de Linda Gray Sexton -hija mayor de Sexton-. En la página 4 vienen dos poemas, no más que un soplo de su extraordinaria poesía.
III.
El miércoles 28 de agosto, en la Librería El Buscón, Ana Teresa Torres presentó En el oído medio, el más reciente libro de Edda Armas. Circula en una hermosa edición de Hojas de Hierba Editorial (España, 2024). En la página 5 vienen, además de los tres primeros poemas del mismo, un esclarecedor texto del poeta, ensayista, editor y conductor de programas radiales, José Ramón Ripoll: “este libro suena como una trenzada polifonía, en la que participan varias voces, cada una con su timbre y coloratura propios, conducido por una voz principal o solista que es la de nuestra poeta, pues el discurso sonoro que se articula en seis partes, con cinco pausas indicadas o calderones, está lleno de citas de otros autores que hacen mención al fenómeno auditivo: citas que aparecen en cursiva sin nombrar la procedencia, que acaban integrándose plenamente en el desarrollo del texto. Para los lectores curiosos que no pueden esperar, al final del libro figura una tabla que indica a quién pertenece cada una de las referencias”. Quiero agregar que Ripoll es un notable pensador de las interrelaciones entre música y poesía, así como autor, entre muchos otros, de libros sobre Beethoven-Liszt, Chopin, Berlioz y Shostakovich.
IV.
Georgina Ramírez, poeta, editora, promotora cultural y creadora de La Parada Poética (que ha cumplido16 años de iniciativas a favor de la difusión de la poesía), preparó una mínima antología de 9 poemas, con el nombre de Que no calle el poema: textos del estremecimiento de este tiempo. Los autores de su selección: Yéiber Román, Jorge Gómez Jiménez, Ivana Aponte, Leonardo Padrón, Christiane Dimitriades, Kira Kariakin, Dira Martínez Mendoza, Eleonora Requena y Elizaria Flores. Página 6.
V.
Johan Alexander Reyes Reyes, Oriana Soledad Nuzzy Briceño y Leonardo Javier Rivas Lobo, resultaron ganadores del primer, segundo y tercer premio respectivamente, del Concurso de Poesía Joven Rafael Cadenas 2024. El jurado, conformado por Gabriela Rosas, Natasha Tiniacos y Luis Miguel Isava, otorgó, además, una mención especial a Andrea Sofía Crespo Madrid, y “eligió a un grupo de 17 finalistas”: Yoselin Andreina Goncalves Arteaga, Rosalba Andreina Trejo Sulbarán, Jorge Morales Corona, Gustavo Andrés Vera Febres-Cordero, María Alejandra Colmenares León, Vanessa Stephanie Mendt Villanueva, Laura Eloísa Soto Rodríguez, Williams Enrique Linares Gelvis, Jaimar Anallibe Marcano Vivas, Saúl Eduardo Figueredo Bravo, Rosbelis Karina Rodríguez Araujo, Fernando Manuel Alba Silva, Oliver Ricardo Zambrano Vegas, Hamid Fouad El Sayegh Suárez, Jorge Gabriel Romhain Lazo, Mercedes Antonia Hernández, Luis César Salazar González y Elio Alejandro Espósito Castillo. Solo me queda agregar que los tres poemas ganadores -recordemos que el Cadenas es un concurso de poemas y no de libros enteros- están en la página 7.
VI.
En la parte superior de la página 8 viene un material, cuando menos sorprendente: unos poemas de Marilyn Monroe (Norma Jean Baker, 1926-1962), presentados y traducidos por Fedosy Santaella: “Marilyn tuvo libretas, las llevaba consigo, y siempre escribía en ellas. Las tuvo incluso desde antes de ser Marilyn. No sólo escribía en aquellas libretas, sino también en las típicas hojas de papelería de los hoteles, esas que vienen con sello de logotipo y sobre de carta. Allí, en esas notas, la diva pensaba en los sentimientos y las palabras, en la nostalgia del amor, en la vida y sus embates, en la muerte y en las metáforas de los puentes, en sus miedos, en sus inseguridades, en la soledad. Intentó la poesía, la boceteó dolorosa, de imágenes leves, delicadas, irónica en ocasiones”.
Parte inferior de la misma página: poemas inéditos de Cecilia Ortiz, pertenecientes a su libro Jugueterías.
VII.
Leandro Area Pereira, diplomático, ensayista, politólogo y poeta, reeditó en 2023, cuatro de sus libros –Henry Morgan lo sabe, Exceso de presente, La casa extraviada y Virutario– bajo un mismo formato y diseño. Edgar Cherubini Lecuna los comenta en la página 9: “En sus poemas, Leandro Area logra sintetizar imágenes desde diferentes perspectivas, en las que representa al niño que, al caminar de espaldas, descubre vacíos y ausencias, al adolescente insaciable de amores al son de boleros y despechos, finalmente al hombre que, al traspasar la línea de la mediana edad, inicia el más peligroso de los peregrinajes en busca del paraíso perdido. Al final del viaje, se da cuenta que ya no puede volver al lugar de donde partió y sin esperanza asume una fe salvadora en sí mismo, a pesar de sus incertidumbres”.
VIII.
De vuelta al centenario de Ida Gramcko (1924-1994), con una importante noticia: LP5 Editora ha publicado en tres volúmenes su Poesía reunida. La contribución es considerable: sugiere volver a Gramcko, puesto que incluye en la edición varios libros agotados desde hace muchos años. Hasta ahora, creía conocer, de modo aproximado, la poesía de Gramcko. Pero la lectura de este conjunto -más de mil páginas de poemas, lo que habla de una escritora persistente e inseparable de su arte- sugiere que debe ser releída y repensada, especialmente por la persistente dimensión religiosa de su obra poética.
IX.
Al abrir el volumen 3 de la Poesía reunida, de Ida Gramcko, el libro que aparece es Los estetas, los mendigos, los héroes (1970). El primer poema de la sección “Los héroes” dice:
“El polvo es nuestro fijo patrimonio. Una herida, una edad son las señales de quien resiste a solas, aparte y en un sitio, su abolengo. Y porque estamos dibujados, como un hosco relieve sobre el polvo, éste se nos olvida… Y ese olvido se imparte, prodigando. Allí un jardín, allí los pétalos que se abren y que solo sostienen un polvo que se estrella.
Y porque reflejamos lo legado, pero en medalla mesurada y pulcra, el polvo se revela y se retrata, curtiendo ese semblante que lo bruñe, con el cambio, la duda y la experiencia”.
X.
Antes de cerrar quiero consignar aquí mis palabras de solidaridad a Lucía Jiménez, a la familia y los amigos, por la inesperada muerte del fotógrafo y artista venezolano Ricardo Jiménez (1951-2024) víctima de un absurdo atropellamiento el jueves 29, justo en un tiempo en que su obra había comenzado a proyectarse fuera de Venezuela, reconocida por su singular entidad.
Nelson Rivera
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