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Cinco estudios, usando distintas situaciones clínicas, concluyen que la hidroxicloroquina/cloroquina no aportan en la reducción de la mortalidad del paciente con covid-19.

El Dr. Néstor Sosa, infectólogo y exdirector del Instituto Conmemorativo Gorgas, dedicó especial explicación a este tratamiento por las discusiones que con respecto a su uso se han presentado en Panamá.

El especialista intervino en el tercer y último día de la I Jornada Científica en Línea el SARS-CoV-2 su Impacto y Desafíos, organizada por el Instituto Conmemorativo Gorgas de Estudios de la Salud (Icges) de Panamá, con motivo de su 92 aniversario, y con una asistencia masiva (en modo virtual) de parte de la comunidad científica y público en general, muestra del interés cada vez más creciente por los temas de ciencia y salud pública.

El Dr. Sosa recuerda que ya las primeras evidencias fueron muy débiles y en el último mes y medio, cinco publicaciones confirman que no ofrece beneficios.

El estudio Hidroxicloroquina en adultos no hospitalizados con covid-19 temprano, de los investigadores Caleb P. Skipper, Katelyn A. Pastick, Nicole W. y David R. Boulware, citado por el Dr. Sosa, refiere, como antecedente, que “no existe una terapia oral efectiva para la enfermedad temprana del coronavirus 2019 (COVID-19)”.

Los participantes fueron “adultos sin hospitalización sintomáticos con COVID-19 confirmado por laboratorio o probable COVID-19 y exposición de alto riesgo dentro de los cuatro días posteriores al inicio de los síntomas”.

El estudio concluyó que “la hidroxicloroquina no redujo sustancialmente la gravedad de los síntomas en pacientes ambulatorios con COVID-19 temprano y leve”.

Otro estudio denominado Hidroxicloroquina con o sin azitromicina en covid-19 leve a moderado, del grupo de investigadores del Dr. Cavalcanti, también determinó que “entre los pacientes hospitalizados con covid-19 leve a moderado, el uso de hidroxicloroquina, sola o con azitromicina, no mejoró el estado clínico a los 15 días, en comparación con la atención estándar”.

El ensayo aleatorizado de hidroxicloroquina como profilaxis posexposición para Covid-19, del Dr. David R. Boulware y otros, se describe como “un ensayo aleatorizado, doble ciego y controlado con placebo en los Estados Unidos y partes de Canadá en el que se evaluó la hidroxicloroquina como profilaxis posterior a la exposición”.

De igual modo esta investigación concluyó que luego de una exposición de riesgo alto o moderado al virus, “la hidroxicloroquina no previno una enfermedad compatible con Covid-19 o una infección confirmada cuando se usó como profilaxis posterior a la exposición dentro de los cuatro días posteriores a la exposición”.

El Dr Sosa también citó el ensayo RECOVERY, el cual también descarta el uso.

Citado por la Universidad de Oxford, el profesor Peter Horby, profesor de Enfermedades Infecciosas Emergentes y Salud Global en el Departamento de Medicina de Nuffield, Universidad de Oxford, e investigador jefe del ensayo, dijo, de acuerdo con la publicación: “La hidroxicloroquina y la cloroquina han recibido mucha atención y se han utilizado ampliamente para tratar COVID  a pesar de la ausencia de pruebas sólidas. 

El ensayo RECOVERY ha demostrado que la hidroxicloroquina no es un tratamiento eficaz en pacientes hospitalizados con COVID-19. Aunque es decepcionante que se haya demostrado que este tratamiento es ineficaz, nos permite centrar la atención y la investigación en fármacos más prometedores”.

El Dr. Sosa advirtió que hay datos de toxicidad cardíaca y efectos con algunos medicamentos, “así que ante la ausencia de evidencia y de daño, no lo recomiendo hasta que salgan otros estudios que demuestren su utilidad”.

Recordó que la Organización Mundial de la Salud (OMS), la Organización Panamericana de la Salud (OPS), así como distintos organismos, incluida la Agencia Española de Medicamentos, han advertido sobre el peligro del uso de la hidroxicloroquina.

El Dr. Sosa hizo referencia a terapias como la nitaxozamida, la vitamina C, la Vitamina D, el zinc y la ribavirina cuyos efectos no están comprobados.

En el caso de la vitamina D, se encontró que los pacientes con covid-19 severo la tenían baja y de allí el interés. El zinc se usa en resfriado común y produce disminución de síntomas pero, reitera, no se ha comprobado que estas terapias sean eficaces.

Con la ivermectina hay evidencia que puede inhibir la replicación del virus, pero se requiere aplicar dosis 5,000 veces más altas que las usuales, de allí la pregunta, ¿habrá que esperar estudios clínicos de neurotoxicidad?

En relación con el remdesivir, un informe preliminar de John H. Beigel y otros, citado por el Dr. Sosa, indica que esta terapia “fue superior al placebo al acortar el tiempo de recuperación en adultos hospitalizados con Covid-19 y evidencia de infección del tracto respiratorio inferior”.

El especialista también citó ensayos clínicos sobre el uso de plasma de convaleciente, en concreto la investigación liderada por el Dr. Arturo Casadevall y otros, que al respecto determinó “una reducción de 57% en la tasa de mortalidad en relación con los pacientes que recibieron tratamientos estándar”.

El grupo concluye que estos datos mostrarían la eficacia del plasma de convaleciente “como agente terapéutico en pacientes hospitalizados con covid-19”.

El uso de plasma en general se considera seguro, si bien, aclaró el Dr. Sosa, con los mismos efectos adversos que suele presentar una transfusión de sangre, desde falla cardíaca o complicación pulmonar hasta alergias, porque se trata de las proteínas de otras personas.

El especialista señaló que el 80% de los pacientes con covid-19 se curan solos, sin embargo, cabe señalar, la ciencia siempre busca el camino para aliviar la enfermedad y evitar que avance, al menos mientras llega la vacuna.

Violeta Villar Liste
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