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Hay una frase que ilustra el comienzo del mañana: La era posterior al covid-19 no será un regreso a “como era siempre”, en particular porque la pandemia desnudó las brechas en los países para atender la enfermedad.

Esta frase la trajo a la mesa del debate el Dr. Jorge Victoria, asesor de Enfermedades no Transmisibles y Determinantes de Salud, así como coordinador del grupo Funcional de Vigilancia y Control de Enfermedades de la Organización Panamericana de la Salud/Organización Mundial de la Salud (OPS/OPMS) en Panamá, al ofrecer un panorama general sobre las Estrategias de aprendizaje para abordar futuras pandemias.

El Dr. Victoria intervino en la reciente I Jornada Científica en Línea el SARS-CoV-2 su impacto y desafíos, organizada por el Instituto Conmemorativo Gorgas de Estudios de la Salud (Icges) de Panamá a propósito de su aniversario 92.

El experto comenzó por recordar cifras dramáticas del lado de las Américas: como región aporta el 53% de los casos de coronavirus y más de la mitad de las muertes, en concreto el 54%.

Esta estadística es de particular relevancia porque además de “liderar” en casos y fallecimientos, ocurre como una expresión de la mayor inequidad y desigualdad.

De hecho, ocurre una “pérdida de vidas de manera desproporcionada en pobres y personas con factores de riesgo (edad y problemas de salud subyacentes)”.

Otras situaciones que ha dejado en evidencia la pandemia y que expone el especialista de la OPS/OMS, es la debilidad de los sistemas de salud, la falta de inversión a largo plazo y políticas inadecuadas para abordar las causas de esta inequidad.

El Dr. Victoria observa que las pandemias enseñan que estos impactos diferenciales y muy perjudiciales en la salud de las personas y las economías de los países, obligan a generar respuestas no solo desde la ciencia: también se necesitan los actores sociales.

Entre otras lecciones aprendidas que deja esta pandemia, y que se deben tener en cuenta para no repetir errores en escenarios futuros, destacan las siguientes, documentadas por el Dr. Victoria:

-La crisis ha evidenciado la necesidad de una coordinación intersectorial efectiva.

-La comunidad debe involucrarse en mayor medida.

Burocracia y falta de adaptación de las medidas al contexto sociocultural.

Ausencia de trabajo en redes integradas de servicios de salud, lo que potencia la fragmentación y segmentación de los servicios.

-Debilidad en la planificación de la gestión de la provisión de los servicios e insumos. Hay una gestión de reacción.

-Debilidad en el tema de promoción de la salud y prevención y control de infecciones a todo nivel.

-Importancia de aplicar medidas de higiene personal (lavado de manos, ética respiratoria…) que no están dentro de las normas culturales.

Con este contexto, y ante las reaperturas graduales y la certeza de una pandemia que acompañará a la humanidad largo rato, en función de los lineamientos de la OPS/OMS, el Dr. Victoria establece que se han definido tres áreas estratégicas de acción prioritaria y cinco acciones claves para promover el cambio, aplicables a la región.

En relación con las tres áreas estratégicas, son las siguientes:

1. Realineamiento de los valores fundamentales. Supone inclinarse a favor de la salud, la cohesión social, con un desarrollo económico inclusivo y sostenible.

2.Priorización e inversión en salud, desarrollo social y protección social.

3.Transformación e inversión en sistemas de salud, desde la visión de estar preparados ante las amenazas externas y asegurar el acceso y cobertura universal a la salud.

Las cinco acciones claves, que como mandatos deben ser observados, son las siguientes:

1.Elevar la salud como un tema de seguridad humana, desarrollo económico y social.

2.Priorizar el desarrollo y la planificación de políticas integradas.

3. Transformar los sistemas de salud para lograr la salud universal y la seguridad humana.

4. Invertir en ciencia, tecnología e innovación para garantizar un acceso equitativo a medicamentos, vacunas y otras tecnologías sanitarias.

5. Fortalecer las funciones esenciales de salud pública y la capacidad nacional de reducción y mitigación de riesgos.

Además de las áreas estratégicas y las acciones claves, el experto hizo referencia a la necesidad de cumplir con los mandatos del Reglamento Sanitario Internacional (RSI) cuya correcta vigilancia habría permitido la coordinación internacional mundial que a la fecha no ha existido al 100%. De hecho, “los países respondieron a diferentes velocidades e intensidades”.

De manera general, desde la OPS/OMS, proponen mayor inversión en salud y alinear las políticas de salud; generar espacio fiscal para reforzar las acciones de los sectores de la salud y la protección social, así como fortalecer la red hospitalaria, de laboratorios y los procesos que establece el RSI.

De igual modo, planificación basada en evidencia, cerrar las brechas en salud, implementar protocolos estandarizados, hacer más eficiente la cadena logística, estimular la participación de la comunidad e impulsar la investigación en salud.

La incorporación de la tecnología, romper las brechas generacionales o digitales y formular un plan de comunicación de crisis, son otras acciones que se espera tomen en cuenta los gobiernos porque visto el panorama, tampoco regresar a “como era siempre”  sería una respuesta a la América desigual, llamada, como reclama la OPS/OMS en esa visión hacia el 2030 a “no dejar a nadie atrás”.

Violeta Villar Liste
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