La práctica de rutinas diarias es esencial para mantener la agudeza visual y prevenir la degeneración temprana de la vista
Por: Dra. Liliana (Lily) Arosemena

La Dra. Liliana (Lily) Arosemena es egresada de Medicina en la Universidad Latina de Panamá. Con especialización en Oftalmología en la Universidad Autónoma de Bucaramanga, en la Fundación Oftalmológica de Santander, Clínica Carlos Ardila Lulle (Bucaramanga, Colombia). Estudios de retina y vítreo en la Universidad Del Rosario, Fundación Oftalmológica Nacional (Bogotá, Colombia). Es miembro adjunto de la Academia Americana de Especialistas en Retina (ASRS), la Asociación Americana de Oftalmología (AAO), la Sociedad Colombiana de Oftalmología (SCO), la Asociación Panamericana de Oftalmología (PAAO) y la Sociedad Panameña de Oftalmología (SPO). En instagram: @retinapanama
La salud visual es un aspecto crucial del bienestar general, y las actividades diarias que realizamos pueden tener un impacto significativo en nuestra visión. En un mundo donde el uso de dispositivos electrónicos se ha vuelto omnipresente, la defensa de hábitos que protejan la salud visual se vuelve más relevante que nunca.
A continuación, se presentan diversas actividades que pueden contribuir a mejorar la salud visual, justificadas por estudios científicos y organizadas de manera siempre para su entendimiento.
Un estudio de la Universidad de Illinois sugirió que realizar ejercicios periódicos, como el enfoque alternativo (mirar objetos cercanos y lejanos), ayuda a aliviar la fatiga ocular y mejora la capacidad de enfoque. Estos ejercicios son especialmente beneficiosos para quienes pasan largas horas frente a pantallas, donde la sobrecarga visual puede llevar a problemas como la visión borrosa.
La práctica de estas rutinas diarias es esencial para mantener la agudeza visual y prevenir la degeneración temprana de la vista.
Un tercer aspecto que a menudo se desestima es la importancia de la dieta en la salud ocular. Una alimentación rica en antioxidantes y nutrientes esenciales, como las vitaminas C y E, el zinc y los ácidos grasos omega-3, se ha relacionado con una reducción del riesgo de desarrollar cataratas y degeneración macular relacionada con la edad.
Un estudio publicado en el American Journal of Clinical Nutrition sugiere que el consumo regular de frutas y verduras, especialmente aquellas de colores vivos como las zanahorias, espinacas y arándanos, es crucial para la salud ocular. Por tanto, integrar opciones alimenticias saludables en la dieta diaria no solo fortalece el sistema inmunológico, sino que también protege la visión a largo plazo.

Es común que muchas personas argumenten que la fatiga visual es un problema menor, sin embargo, se ha demostrado que la higiene visual es fundamental en la era digital. El método del 20-20-20, el cual sugiere que cada 20 minutos de uso intenso de la pantalla, se debe mirar algo a 20 pies de distancia durante al menos 20 segundos, es un enfoque eficaz para reducir la tensión ocular.

Según un estudio de la Universidad de Harvard, la aplicación de esta regla puede disminuir la frecuencia y la intensidad de los síntomas de la fatiga visual digital. Así, fomentar la práctica de pausas regulares se erige como un pilar para mantener la salud ocular.
Finalmente, se argumenta que un estilo de vida saludable en general es la clave para la salud visual. Investigaciones han demostrado que el ejercicio regular no solo ayuda a mantener un peso corporal adecuado, sino que también mejora la circulación sanguínea y reduce el riesgo de enfermedades crónicas que pueden afectar la vista, como la diabetes tipo 2 y la hipertensión.

Un estudio publicado en la revista “Ophthalmology” concluyó que las personas que se ejercitan regularmente tienen menor probabilidad de desarrollar problemas oculares. Así, incorporar actividad física de forma regular no solo beneficia al cuerpo, sino también a los ojos.
En conclusión, existe un amplio consenso en la literatura científica sobre la importancia de adoptar hábitos diarios que promuevan la salud visual. Con actividades al aire libre, ejercicios visuales, una dieta adecuada, higiene visual y un estilo de vida saludable, es posible no solo preservar la visión, sino también mejorarla. La integración de estas prácticas en la rutina diaria debe ser parte de un compromiso continuo hacia el cuidado óptimo de nuestros ojos, lo que repercutirá en nuestra calidad de vida a medida que envejecemos. Al final del día, una visión clara y saludable es un componente esencial de nuestro bienestar integral.
Referencias:
- Zhang O. et al. Efffects and potential mechanisms of exercise and physical activity on eye healt and ocular diseases. Fron Med. 2024.
- Wylegata A. The effects of Physical Exercises on Ocular Physiology: A Review. J Glaucoma. 2016.
- Ong S.R. Physical activity, visual impairment and eye disease. Eye. 2018.
- Streese L. Physical activity and exercise improve retinal microvascular health as a biomarker of cardiovascular risk: A systematic Review. 2020.
Por: Dra. Liliana (Lily) Arosemena