Después de una dura semana de trabajo, nada mejor que arrancar el fin de semana con el “viernes cultural”, esa reunión de amigos en las esquinas del barrio presagiando ya el descanso y la fiesta. Esta sección pretende hacer eso, arrancar nuestro fin de semana desde esta esquina virtual con cuentos y poemas de autores panameños para que los conozcan y los disfruten. Así que, ¡feliz fin de semana!, con sabor a literatura panameña de la buena.
Pedro Crenes Castro, coordinador del Viernes Cultural: Literatura Panameña [email protected]
Parábola del hombre cotidiano, poema de Pedro Rivera
Pedro Rivera
Pedro Rivera (Panamá, 1939), es uno de los más importantes escritores e intelectuales panameños, cuya mirada diagnóstica queda constatada al leer sus artículos y ensayos en los que, con mirada lúcida de presagio, dibuja los escenarios en los que transcurre nuestra circunstancia. Poeta, cuentista y ensayista, cuenta con varios Premios Ricardo Miró, y entre su extensa obra podemos destacar Peccata minuta, Libro de parábolas o El largo día después de la invasión. Es también uno de los pioneros del cine panameño.
Parábola del hombre cotidiano
Estas cosas que hago y digo a bocadejarro
deben hermanarnos un poco en la distancia de espejos
porque despierto a media noche, pongo la radio
para tapar el silencio
la tertulia de los grillos y las novas desechas
el ruido que se mete de las alcobas vecinas
y de los autos que pasan atrapados por la velocidad
y los jadeos bajo la ducha
improvisados por quienes buscan
un sentido diferencial al amor, al sexo
ya periclitado de tanto repetirse y la horizontalidad
cuando una silla o un bided o una escalera
o la alfombra
sustituyen en efecto las formas del abrazo
en un sentido siempre renovado, hondamente sabio,
a la altura del kamasutra
porque el hombre es más profundo en cuanto más diferente
y cambiante y menos apegado a las normas del jadeo,
a las resonancias de tiempos caducos
y en cierta forma irreversibles,
lleno de simultaneidad y cambio, esférico, e instiano
como una ecuación de beso y masa y destrucción y caída.
Suelo apagar el ruido, las voces enhebradas
como una orquesta de pájaros en la alcoba
metidos en mis sueños, viajando sin pasaporte
y sellos de embajada, ejerciendo un ministerio
de abandono y vuelo y una plenipotenciaria
manera de ser humanidad, hombre inexplicado
en los púlpitos y las academias y las antropologías
con aroma de ceniza y carbón extratelúrico.
Recojo la voz del sueño, amamanto los presagios.
La cristalería de otras gentes
acude a mis despensas,
cubre la habitación de cabo a rabo,
habla un idioma de telarañas y red
y entonces verdaderamente puedo pasar una aguja
por el ojo de un camello,
habitar un mundo de velocidad y transmutación y planos
mientras jadea en el bided de un pushbuton la hija del vecino
y un automóvil arrastra su diferencial de tigre
y una Nova viaja a diez millones de años hasta el monte Blanco
y las rotativas giran bajo las ruedas de las mismas noticias
embelleciendo la figura del Papa en la Iglesia de San Pedro
o estableciendo una estadística de muertos en América Central
o pintando barriguitas como globos al sureste de Nigeria
o mostrando fotos y caricaturas de Dayán
(con su mirada de cíclope o Dios o su bastón bacteriológico)
o anunciando el retiro de Mohamed Alí
la muerte de Sharon Tate por una banda de hippies
adoradores de la luna
o el secuestro de un agregado cultural en Guatemala.
Todo esto mientras jadea en el baño la hija del vecino
y el hijo menor estaciona el auto en el garage
y alguien apaga el viejo aparato de aire acondicionado
porque mete mucho ruido
y nada, nada, nada es tan importante como el sueño
y nada ocurre a mil kilómetros a la redonda
de su vida.
Tomado del Libro de parábolas
Coordinador del Viernes Cultural Literatura Panameña:
Pedro Crenes Castro
[email protected]
(Panamá, 1972), es escritor. Columnista y colaborador en varios medios panameños y españoles. Ha ganado dos veces el premio Nacional de Literatura Ricardo Miró de Panamá y dicta talleres literarios. Vive en España desde el año 1990.