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Olga Linares
El proyecto «Diálogos Intergeneracionales de Científicas Sociales Panameñas»  celebra el legado de las pioneras en antropología, arqueología, sociología, geografía, educación, historia y urbanismo de Panamá.

Esta iniciativa, a su vez, forma parte del proyecto Pioneras de la Ciencia en Panamá, coordinado por la Dra. Eugenia Rodríguez Blanco, investigadora del Centro Internacional de Estudios Políticos y Sociales (CIEPS).

Como parte del esfuerzo por dar a conocer los resultados de esta investigación que se publicará en un libro, se desarrolló el seminario «Diálogos Intergeneracionales de Científicas Sociales Panameñas»,  entre el CIEPS y el Museo del Canal, con el apoyo de la Secretaría Nacional de Ciencia y Tecnología (Senacyt): Pioneras de la ciencia en Panamá: una historia que continúa (I)

Hoy presentamos parte del legado de Olga Linares en Arqueología, ponencia de la historiadora Marixa Lasso.

Olga Linares, la arqueóloga que nos enseñó a entender el pasado tropical

Marixa Lasso es historiadora. Sus áreas de investigación incluyen la historia urbana, la historia del siglo XIX en Panamá y Colombia y la historia del Trópico desde una perspectiva global. Es investigadora del Centro de Investigaciones Históricas Antropológicas y Culturales AIP-Panamá (CIHAC AIP), investigadora distinguida del Sistema Nacional de Investigación (SNI) de Panamá e investigadora asociada del Instituto Smithsonian de Investigaciones Tropicales (STRI)

El título de su ponencia es Olga Linares, la arqueóloga que nos enseñó a entender el pasado tropical.

Resumen:

Como parte del proyecto Pioneras de la Ciencia en Panamá (I), existe una primera aproximación al trabajo de Olga Linares a través de la investigadora Yolanda Marco, quien la define como “pionera de la arqueología y de la antropología cultural. Su obra permitió contemplar la historia antigua panameña con una mirada diferente: descubrir el país como un territorio poblado por sociedades ricas en cultura y no solamente como un lugar de tránsito. Sus investigaciones en Centroamérica y África sustentaron novedosas teorías acerca de la relación de las sociedades humanas con su medio ambiente y de las sociedades antiguas con las actuales”:

https://pionerasdelaciencia.senacyt.gob.pa/wp-content/uploads/2023/02/Pioneras-de-la-Ciencia-en-Panama.pdf

Marixa Lasso explica que su diálogo con Olga Linares se orienta a cómo comprender el pasado tropical, cruzando su mirada de historiadora con la arqueóloga y antropóloga.

“Pensemos que en el siglo XIX, cuando empieza la arqueología en Centroamérica, los grandes expertos no podían creer que esas ruinas en Yucatán y Guatemala” eran obra de los antepasados de las comunidades que vivían allí y consiguen una mejor explicación en civilizaciones extinguidas.

Lasso imagina a Linares con una primera aproximación a este mundo tropical, con las lecturas de los libros de Julio Verne y de aventuras que descubren este trópico abundante y una aproximación inexacta de los habitantes de esta región.

Con estos sesgos, y esa herencia, Linares se enfrenta y así creará un antes y un después en la arqueología panameña. Su proyecto sobre el occidente panameño revolucionará la manera de hacer arqueología.

Cuenta que no tuvo la oportunidad de conocerla en persona, pero lo ha logrado a través de los documentos, sus apuntes y entrevistas con estudiantes y colegas de la pionera, entre otros, Fernando Santos-Granero, Marcela Camargo o Francisco Herrera.

La define como “una mujer entre dos mundos” (David, 19 de noviembre de 1936 – Panamá, 20 de diciembre de 2014).

Estudió en un internado, a los 13 años, en Estados Unidos. Cursó su licenciatura en Antropología en el Vassar College de Nueva York (1958), “una de las universidades más prestigiosas para mujeres” en esa época y un doctorado en Antropología de la Universidad de Harvard (1964).

Lasso señala que Linares dirá en sus memorias que estudió Antropología por su interés hacia la comunidad Ngöbe.

En un diálogo con el STRI también lo refleja:

“De todos modos, me gradué y me especialicé en antropología. ¿Por qué antropología? Porque en la zona donde nací en Panamá hay un grupo indígena muy importante llamado los Ngöbe, que antes se llamaban Guaymí. Crecí viendo a los indígenas que bajaban de las Tierras Altas y me interesaba mucho su estilo de vida y, de hecho, viajé mucho cuando era joven en las Tierras Altas para visitar a este grupo indígena”.

Ver: https://siarchives.si.edu/history/olga-f-linares

En Harvard se gradúa con una tesis doctoral sobre la cerámica chiricana, “buenísima para la época, con detalles sobre la época de las cerámicas y clasificaciones estilísticas”.

Sin embargo, Lasso explica que no estaba satisfecha con esa tesis.

Linares dirá:  “Nosotros no podemos entender lo que estamos haciendo si no entendemos el ambiente,  la ecología de los lugares donde vivían estas personas”.

Entonces, en el año 1969, con fondos internacionales, logra impulsar el ambicioso proyecto sobre el Occidente panameño. Durará cuatro años, con la participación de siete estudiantes de grado y de un grupo interdisciplinario entre biólogos, etnógrafos, geólogos… “será el proyecto más importante de arqueología en Panamá”, liderado por un panameño, en este caso una mujer: Olga Linares.

Hace particular énfasis en estos dos mundos de Linares, quien crece en una familia de la agroindustria chiricana, y esta experiencia le concede una especial sensibilidad hacia la ecología del trópico, y, por otra parte, tendrá acceso a los grandes fondos de la ciencia del norte.

Impulsará lo que define Lasso como “una arqueología sin jerarquías ni peyorativos”, en particular de la baja Centroamérica, que puede ser diferente a otras culturas como la azteca, maya o inca, pero igual de valiosa.

En palabras de Linares, no se trataba de hacer un estudio sobre gente mejor o peor en términos antropológicos.

“Ella nos dice que la sofisticación que debemos entender es la manera sofisticada con la cual los habitantes del pasado se habían adaptado a la naturaleza tropical y que el trópico no podía ser visto de una manera uniforme”. No es lo mismo estar en el Caribe que en el Pacífico.

Esta singularidad del trópico explica que su proyecto se proponga comparar a lo largo del tiempo, y en diferentes espacios tropicales, las adaptaciones humanas a este lugar que es el occidente chiricano. Entonces, tiene excavaciones en diferentes lugares, en Bocas del Toro, a lo largo del río Chiriquí Viejo o en el área del volcán Barú.

Su proyecto será pionero e innovador y caracterizará el futuro de la arqueología panameña al incorporar en su análisis, conchas, plantas o huesos de pescado, “restos orgánicos que ella afirma son necesarios para ese análisis completo de la sociedad junto con la cerámica”.

De igual modo, logrará incorporar modernas técnicas como el carbono-14 y en general los procedimientos de la nueva arqueología. “Me dicen los arqueólogos que se trata de estudiar con mucha más delicadeza y fineza los restos”.

Estas investigaciones dieron como resultados diferentes artículos y libros, entre otros Radiaciones adaptativas en el Panamá prehistórico, junto con uno de sus estudiantes de doctorado, Anthony Ranere: “El volumen de Linares y Ranere ha dado un paso importante hacia la corrección de graves deficiencias en el registro prehistórico de una región importante de la Baja Centroamérica, específicamente el oeste de Panamá, al mismo tiempo que produce un modelo único y moderno para futuros investigadores en esta área” (Ver: https://read.dukeupress.edu/hahr/article/61/4/738/149354/Adaptive-Radiations-in-Prehistoric-Panama).

“Una parte fundamental de su proyecto es la importancia de los Ngöbe en su desarrollo conceptual. Fue observando la etnografía sobre los Ngöbe y la hace concebir este proyecto porque ella observó que la misma cultura, el mismo idioma, el mismo lenguaje de los Ngöbe,  que vivían en Bocas del Toro y Chiriquí se había adaptado de maneras diferentes a los distintos nichos ecológicos y fue esa observación etnográfica la que la llevó a pensar en ese proyecto comparativo a lo largo del tiempo y en diferentes espacios”.

Linares decía que los Ngöbe son los descendientes de las personas que vivían allí “y lo decía frecuentemente, y de manera muy tajante: había que reconocer que lo que estaba estudiando eran a los antepasados de la población”.

Otro estudio central en la investigación de Olga Linares es su tesis sobre la casa del huerto, luego de estudiar 6,000 huesos, que le permitió lograr conclusiones sobre la calidad de la alimentación de los habitantes precolombino,s que sí era óptima en calidad de proteínas, y sus procesos de domesticación de los animales.

De igual modo, este estudio tendrá impacto en la arqueología del Amazonas. “Pensábamos que no podíamos hacer estudios de materias orgánicas en el trópico pero estas investigaciones de Olga Linares nos enseñaron que sí podemos”, cita Lasso sobre referencias a propósito de estos aportes.

Lasso  destacó el papel de Olga Linares de mentora y cómo sus alumnos se convirtieron en grandes especialistas del estudio de la antropología y la arqueología de Panamá, caso de Tony Ranier quien fue su “mano derecha” en el proyecto del Occidente panameño y se convierte en uno de los grandes arqueólogos de la Arqueología panameña.

También  “andaba por aquí un joven arqueólogo llamado Richard Cooke a quien ella toma bajo sus alas y con quien sostiene una relación muy estrecha profesional. Destacan las cartas de ellas con los académicos norteamericanos a quien les presenta a Cooke. También le enseñó las técnicas nuevas de análisis de huesos de pescado que van a caracterizar el trabajo de Cooke por muchas décadas”.

Olga Linares, quien trabajó durante treinta y cinco años en el Instituto Smithsonian de Investigaciones Tropicales (STRI), le abrió las puertas de la institución a otros científicos sociales de Panamá y Latinoamérica.

Es parte de su legado y de esa “voluntad de querer integrar sus dos mundos” que todavía trasciende hacia el futuro.

Para ver y escuchar:

Con información del seminario «Diálogos Intergeneracionales de Científicas Sociales Panameñas»