Durante el XII Congreso Nacional de Gastroenterología y Endoscopía Digestiva de la Asociación Panameña de Gastroenterología y Endoscopía Digestiva (APGED) se abordó la necesidad de tratar la obesidad de manera multidisciplinaria
Por: Violeta Villar Liste
La obesidad es una enfermedad crónica, recurrente, progresiva de acúmulo excesivo y/o anormal de grasa que conlleva problemas metabólicos, biomecánicos y sicológicos
La obesidad es una enfermedad crónica que no solo se expresa en acumulación excesiva o anormal de grasa. Tiene implicaciones en la salud física y mental de la persona y constituye un problema de salud pública.
Para el tratamiento de la obesidad se han abordado diferentes perspectivas: dieta, incorporar fármacos novedosos o la opción de la cirugía bariátrica, entre otras estrategias que conducen siempre a una conclusión: mejorar los estilos de vida es crucial para evitar volver a ganar peso.
Ocurre que tanto en el caso de la farmacoterapia como de la cirugía se llega a una “meseta” y si la persona no acompaña esta pérdida de peso con hábitos saludables, puede reflejarse en la recuperación del peso.
En el caso de los fármacos de larga duración, hay dos obstáculos a vencer: su costo es elevado y, si se descontinúa, se vuelve a ganar peso.
Estas reflexiones tuvieron lugar durante el modulo Obesidad del XII Congreso Nacional de Gastroenterología y Endoscopía Digestiva y V Congreso Nacional de Gastroenterología y Nutrición Pediátrica que del 5 al 7 de septiembre celebró la Asociación Panameña de Gastroenterología y Endoscopía Digestiva (APGED).
El evento académico rindió homenaje al Dr. José Rogelio Méndez Solís, destacado médico y docente de la especialidad.
Participaron en el módulo Obesidad:
Lic. Juan David Méndez, licenciado en Nutrición, Dietética y Ciencia de los Alimentos con especialidades en Nutrición Clínica y Manejo y control de peso en Yale-New Haven Hospital, Estados Unidos. Fisiólogo del Ejercicio con licenciatura en Ciencia del Deporte en Florida State University, Estados Unidos. Habló del tema: Patrones de hambre, ¿por qué engordamos?
Dra. Ana Elena Espinoza, con especialidad en Medicina Interna, subespecialidad en Endocrinología y Maestría en Docencia Superior. Es profesora de la Facultad de Medicina de la Universidad de Panamá y es fellow del American College of Physicians. Abordó el tema, Manejo farmacológico de la obesidad.
Dr. Enrique Adames, con Doctorado en Ciencias Clínicas con subespecialización en Gastroenterología y Endoscopia Gastrointestinal por la Universidad de Panamá – Hospital General de Caja de Seguro Social. Fellow Hepatología y Trasplante Hepático Universidad de Barcelona – Hospital Clinic. Habló en relación con los Fármacos para la reducción de peso e hígado graso.
Dr. Jorge Orillac. Doctor en Medicina. Facultad de Medicina de la Universidad de Panamá, con especialidad en Medicina Interna y Gastroenterología de la Caja de Seguro Social – Complejo Hospitalario Dr. Arnulfo Arias Madrid. Conversó sobre el Manejo endoscópico de complicaciones de la cirugía bariátrica.
Patrones de hambre, ¿por qué engordamos?
¿Por qué engordo? Es la pregunta elemental al médico o luego de descender de la báscula de casa o del gimnasio y comprobar que el aumento de peso es indetenible.
El Lic. Juan David Méndez explicó que el acto de comer es más que un proceso fisiológico: se trata de un comportamiento y los comportamientos “están regulados por una serie de señales neuroquímicas que se inhiben y estimulan en respuesta a estímulos internos y externos”.
Hay dos realidades que describe:
- La ingesta de alimentos es controlada
- El peso corporal es regulado como producto.
Lo que deberíamos controlar es la ingesta de alimentos para incidir en el producto.
La regulación del apetito pasa por entender las llamadas señales tónicas y las episódicas del apetito.
Las tónicas son aquellas que produce el cuerpo día a día “buscando un balance regular” mientras las episódicas son situaciones que influyen en el comportamiento de la persona y son la primera línea de acción frente a un individuo que requiere controlar su peso.
El experto señaló que el umbral calórico para evitar que se active el hambre es garantizar el 10% de los requerimientos calóricos de una persona. Este concepto se llama “umbral calórico de prevención episódica”.
Hay estrategias sencillas para evitar activar este patrón de hambre (y garantizar el 10% de requerimientos calóricos) como lograr suficiente componente graso, carbohidratos y proteínas en el desayuno o meriendas que ayuden a mantener la saciedad hasta la próxima comida.
Observa que la primera meta es llegar al almuerzo (luego del desayuno) “ y así vamos borrando los patrones de hambre”, se trabaja con restricción calórica y procesos de monitoreo y ajuste.
Advirtió sobre dietas de moda como las de comer una sola comida al día que no garantizan la pérdida de peso: si usted en esa sola comida se excedió de sus requerimientos calóricos, de manera indudable engordará.
Obesidad, una enfermedad en incremento
Lo cierto es que cuando esta ingesta de alimentos conduce a la obesidad, estamos en presencia de una “enfermedad crónica, recurrente, progresiva de acúmulo excesivo y/o anormal de grasa que conlleva problemas metabólicos, biomecánicos y sicológicos”, define la Dra. Ana Elena Espinoza.
El Dr. Enrique Adames, al compartir datos de la Encuesta Nacional de Salud de Panamá (año 2019), señala que para esa fecha el 35.3% de la población tenía obesidad (42.3% en población femenina y 27.7% en población masculina) y el 36.4% sobrepeso.
Esta estadística permite inferir que en Panamá el 85% de la población podría tener hígado graso. Datos importantes de conocer porque dan una idea de la carga de la enfermedad, observa el Dr. Adames.
La enfermedad del hígado graso no alcohólico asociado a disfunción metabólica ahora se llama MASLD. La esteatohepatitis asociada a disfunción metabólica, que es una forma más grave, se conoce como MASH.
Es una enfermedad que se evidencia por ultrasonido. La prevalencia en América Latina es del 44.4%.
El Dr. Jorge Orillac señala que el sobrepeso y la obesidad afecta al 65% de la población y el 6% tiene obesidad grave. Las tendencias son preocupantes: un aumento global del 10% en la última década.
Las metas del tratamiento de la obesidad
La Dra. Ana Elena Espinoza explica que cuando un paciente se somete a tratamiento contra la obesidad, son las metas inmediatas:
- Mejorar la salud, prevenir las complicaciones asociadas a la obesidad y si el paciente ya tiene las complicaciones, mejorarlas.
- Lograr pérdida de peso sostenida
- Mantener la pérdida de peso que es más difícil que la pérdida inicial
- Prevenir o reducir las complicaciones asociadas a la obesidad
- Mejorar la calidad de vida, el funcionamiento físico/social y el bienestar mental
- Reconocer que la estabilidad del peso es éxito para algunos pacientes.
El manejo de la obesidad, observó, debe ser multidisciplinario e incluye la parte médica, sicológica, de enfermería, nutricional y ejercicio, además del componente farmacológico y/o la cirugía.
Durante su intervención en relación con el Manejo farmacológico de la obesidad, señaló que es larga la historia de los medicamentos para la pérdida de peso: desde la década de 1950.
Describió esta historia hasta llegar a “los agonistas de GLP-1 de larga duración y agonistas duales que tienen evidencia de mayor pérdida de peso, con beneficios cardiometabólicos adicionales”.
Sin embargo, advirtió que “el uso y la elección de la farmacoterapia para obesidad debe ser individualizado considerando beneficio/riesgo, costos y preferencias del paciente”.
El Dr. Enrique Adames, en relación con los pacientes con hígado graso, dijo que aquellos con sobrepeso u obesos deben recibir una prescripción de dieta que los lleve a déficit calórico, limitar carbohidratos y grasas saturadas, así como incrementar su nivel de actividad física.
La cirugía bariátrica es también una opción cuando cumplen los criterios: reduce mortalidad y malignidad.
En relación con los medicamentos, no hay aprobados por la FDA para el tratamiento de MASLD. Hay algunos aprobados, pero para tratar las comorbilidades a causa de la enfermedad.
En el caso de MASH, existe una primera terapia aprobada por la FDA: Resmetirom.
La aprobación ocurrió en marzo de este año. La FDA “otorgó la aprobación acelerada de una terapia farmacológica única en su tipo, resmetirom, para el tratamiento de esteatohepatitis no alcohólica (NASH) en pacientes que han progresado a fibrosis. NASH, ahora llamada esteatohepatitis asociada a disfunción metabólica o MASH, es una forma peligrosamente progresiva de enfermedad del hígado graso no alcohólico (NAFLD) y causa inflamación en el hígado y daño hepático”, dijo la American Liver Foundation al reconocer la importancia, por parte de la FDA, de la aprobación del tratamiento.
Sobre los fármacos de tercera generación (semaglutide y tirzapatide) “aprobados para reducción de peso”, el especialista dijo que mejoran la inflamación del hígado pero no la fibrosis. “Se requieren estudios más prolongados”.
El Dr. Orillac, quien compartió varios estudios de caso, señaló que la cirugía bariátrica está indicada en pacientes con Índice de Masa Corporal (IMC) de 35 kg/m2 (obesidad grado II) o con 30kg/m2 (obesidad grado I), con comorbilidades asociadas.
Reiteró que también en este caso el tratamiento debe ser multidisciplinario e incluir un equipo experto que incluya nutricionista, psicólogo, internista-gastroenterólogo y el cirujano bariátrico, en particular para que la pérdida de peso se sostenga en el tiempo y la persona no vuelva a engordar, con las consecuencias en su salud física y mental.
Por: Violeta Villar Liste | [email protected]