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La implementación de una intervención basada en la provisión de agua, descanso y sombra a mitad de la jornada laboral o estableciendo un tiempo de descanso, ha ayudado a disminuir la afectación de la función renal en países como El Salvador y Nicaragua

Por: Dra. Karen Courville, FACP

La Dra. Karen Courville es egresada de la Facultad de Medicina de la Universidad de Panamá.
Realizó estudios en Medicina Interna y Nefrología en el Complejo Hospitalario Dr. Arnulfo A. Madrid.  Tiene un Fellow en Investigación Renal del Instituto Mario Negri en Bérgamo, Italia.  Investigadora del Instituto de Ciencias Médicas de Las Tablas, es presidenta de la Sociedad Panameña de Nefrología e Hipertensión

En condiciones de trabajo, el estrés térmico es la carga de calor que se produce en el cuerpo por una combinación de condiciones ambientales, actividad física, tipo de trabajo y características de la ropa que lleva el trabajador.

El calor metabólico es la principal fuente de calor del ser humano, y la energía del músculo se libera en forma de calor, por lo cual el movimiento y el esfuerzo físico producen esta sensación térmica en el cuerpo.

Si una persona se expone a temperaturas ambientales altas, realizando un esfuerzo extenuante de manera sostenida, la temperatura del cuerpo puede aumentar y se produce un estrés térmico.

¿Qué síntomas puede producir el estrés por calor?

Las manifestaciones son variables: pueden presentarse síntomas leves como un simple dolor de cabeza, sudoración, debilidad, fatiga, calambres musculares o náuseas.

Pueden presentarse síntomas moderados severos que pueden producir lo que se conoce como golpe de calor, que es el aumento de temperatura corporal a más de 40°C y que produce alteraciones del sistema nervioso central como delirio, alteraciones del comportamiento, convulsiones e incluso coma. En casos severos, puede producir la muerte.

¿Cómo afecta el estrés térmico a los riñones?

Por estudios realizados en Centroamérica, se ha determinado que al sobrecalentarse el cuerpo ocurren procesos de inflamación en los riñones, que inicialmente pueden ser asintomáticos, pero de manera repetitiva pueden producir cicatrices en las células renales, asociados a la alta temperatura o hipertermia que se produce en el cuerpo.  Este calor puede producir un daño irreversible en el riñón, así como lo produce la hipertensión y la diabetes, que son las enfermedades que más daño producen al riñón.

En Nicaragua, se estudiaron trabajadores de las salinas y se pudo demostrar que en algunos grupos de personas, finalizaban la jornada deshidratados y con un aumento de la creatinina.

De igual manera en El Salvador, en estudios con cortadores de caña, se evidenció la disminución de la función renal al finalizar la jornada laboral.  Existen estudios que plantean que las actividades laborales como agricultura, caña de azúcar, arroceras, minerías y salineras, generan condiciones que predisponen a padecer la enfermedad debido al estrés por calor por la exposición de las personas.

Además, se agrega el esfuerzo físico y carga metabólica que predisponen aún más a producir alteraciones en el funcionamiento renal. 

En estos grupos ocupacionales es importante la consideración del aumento de temperatura en las áreas del Trópico, producto de los efectos del cambio climático.

¿Cómo se puede prevenir el estrés térmico y el golpe de calor?

En nuestro país, en donde solo tenemos dos períodos o estaciones, la seca y la lluviosa, es importante seguir las siguientes recomendaciones:

  • Al realizar actividades en exposición al sol, es importante siempre beber agua o líquidos, sin esperar a tener sed.
  • Es importante hacer una pausa o descanso a la sombra o en algún lugar fresco para reponerse del esfuerzo de la actividad física o laboral que se desarrolla.
  • Se debe cubrir la cabeza del sol y de preferencia usar sombrero de ala ancha.
  • De ser posible utilizar ropa de colores claros, que cubra las extremidades, esto evitará la evaporación.
  • Incluir frutas en las meriendas por su contenido de agua y vegetales frescos.
  • Evitar hacer deporte a las horas de más sol o aumento de temperatura y siempre llevar líquido para ingerir.
  • Si algún compañero tiene algunos síntomas de alarma como náuseas, debilidad, vómitos, luego de una jornada extenuante, importante que se disminuya la temperatura corporal, pero sin hacerlo de manera brusca.  Se debe buscar sombra, hidratarse, disminuir la cantidad de ropa y buscar atención médica.

La implementación de una intervención basada en la provisión de agua, descanso y sombra a mitad de la jornada laboral o estableciendo un tiempo de descanso, ha ayudado a disminuir la afectación de la función renal en países como El Salvador y Nicaragua. Cuando ya existe una afectación crónica, este tipo de enfermedad renal se conoce como Enfermedad Renal de causa no Tradicional.

Cada persona debe identificar si se encuentra en riesgo, para tomar las medidas de prevención adecuadas, ya que no se conoce todavía qué paciente puede padecer de esta enfermedad y cuál no. 

Existen múltiples otros factores de riesgo asociados, como la alimentación, la genética, la presencia de otras comorbilidades, el uso de medicamentos no prescritos, la obesidad, el alto consumo de alcohol, el tabaquismo, que influyen en la afectación o no del riñón. 

Lo más importante, es que el conocimiento de esta patología y las medidas de prevención han logrado evitar afectación renal en estos países, por lo cual son nuestras mejores herramientas y deben ser consideradas por nuestra población.

Dra. Karen Courville, FACP
Nefrología