fbpx
Pixabay

Hisvet Fernández

Hisvet Fernández es psicóloga social, feminista, activista de los DDHH de las Mujeres y los Derechos Sexuales y Reproductivos, directora del Centro de Capacitación para la Vida (Cecavid). Integrante de la Alianza Salud Para Todas. Coordinadora del Observatorio Venezolano de los Derechos Humanos de las Mujeres, núcleo Lara. 
@psicosexualhisvetf 
 [email protected]
@psicohisvetfernandez

El mito sobre la “inocencia infantil”, asociada directamente con la información sobre la sexualidad, es algo que comúnmente se repite y se promueve de generación en generación.

Considerar que los niños, niñas y adolescentes (NNA) son o no son “inocentes” tiene una carga simbólica sexual irrefutable.

Se les considera inocentes cuando no saben nada de sexo o sexualidad, contrariamente cuando obtienen alguna información o experiencia sexual se considera que pierden su “inocencia”. Esta como sinónimo de ignorancia sexual se impone negativamente en la educación infantil y sobre las niñas cae también acompañada de la “pureza” como valor positivo infantil de las niñas.

Para conservar esa “inocencia” se les educa en el silencio y se reprime, en ellas especialmente, cualquier expresión de su sexualidad.

En definitiva se sigue reproduciendo una educación de la sexualidad genitalizada, degradada, privatizada porque se considera tan “íntimo” todo lo que tenga que ver con la sexualidad que no se habla de ello y además en oposición de los sexos ya que al niño se le permite mostrar y conocer su cuerpo incluido sus genitales e incluso jugar con ellos, asunto que en las niñas queda totalmente prohibido.

Toda esta educación de la sexualidad represiva y castrante esta acompañada por una educación adultocéntrica en la cual a NNA se les inculca el dogma de que las personas adultas siempre tienen la razón y NNA deben obedecerles.

Una educación donde se establece una relación de autoridad vertical de un poder detentado por adultos y la obediencia como la conducta adecuada para NNA.  

En nuestra cultura la sexualidad se mantiene en el campo de la ignorancia y el castigo ante sus expresiones naturales y la relación de NNA con los adultos es de dominación-sumisión aprendida, en la que los adultos siempre tienen la razón y hay que obedecerles sin decir que no.

¿Cuáles han sido los resultados de esta educación de la sexualidad para NNA y para las niñas, particularmente?  ¿Cuáles son los resultados de una educación adultocéntrica de dominio y control sobre NNA?  

Las cifras de abuso sexual infantil y adolescente son alarmantes en todas partes del mundo. Embarazos infantiles y adolescentes, infecciones de trasmisión sexual, estrés postraumático son algunas de las consecuencias del abuso sexual.   

Detrás del abuso sexual infantil y el silencio de parte de nuestros NNA y de la misma familia, en torno a estos hechos, existen varias premisas: la ignorancia sobre la sexualidad, de parte de nuestros NNA, el no tener personas adultas confiables para hablar de la sexualidad y todo lo que se siente y ocurre y ese temor hacia las personas adultas de que siempre tienen la razón y hay que “obedecerles”.

El poder que los agresores sexuales ejercen sobre NNA para abusar de sus cuerpos y de sus vidas está construido, en mucho, sobre estas premisas.

Prevenir situaciones de abuso sexual sobre NNA, implica otorgarles herramientas como una educación sexual integral, hablar sobre su cuerpo, sus genitales y cualquier episodio donde un adulto quiera tocar su cuerpo o sus genitales como algo a lo que se puede oponer y desobedecer.

El conocimiento de su cuerpo y sus genitales por parte de NNA y la autoexploración de todo el cuerpo, incluyendo los genitales, es una experiencia fundamental en la temprana infancia y además un acercamiento positivo a su sexualidad.

Cuando padres y madres castigan o regañan a su hijo o hija por autoexplorarse están dando una educación sexual basada en la represión y vinculando la sexualidad a algo malo, feo, y prohibido y también otorgándole a las personas adultas el poder de decidir sobre los cuerpos de NNA al quitarle a NNA ese poder. Entenderá el mensaje de que de eso no se habla y eso no se hace, quedando a expensas de los depredadores sexuales, no hablaran con papá y mamá si alguien toca su cuerpo, ya que de eso no se habla y a los adultos se obedece..

La educación sexual infantil, integral, científica, laica y progresiva, así como una relación de Adultos-NNA basada en el respeto mutuo y no el miedo, es la mejor manera de prevenir el abuso sexual infantil y las violencias sexuales contra NNA.

Hisvet Fernández