El calentamiento global está provocando una serie de cambios en nuestro planeta que afectan directamente la salud humana, incluyendo la función renal
Por: Dra. Karen Courville, FACP, SNI

La Dra. Karen Courville es egresada de la Facultad de Medicina de la Universidad de Panamá. Realizó estudios en Medicina Interna y Nefrología en el Complejo Hospitalario Dr. Arnulfo A. Madrid. Tiene un Fellow en Investigación Renal del Instituto Mario Negri en Bérgamo, Italia. Investigadora del Instituto de Ciencias Médicas de Las Tablas. Miembro del Sistema Nacional de Investigación (SNI)
El calentamiento global es un aumento de la temperatura de manera exacerbada sobre toda la superficie de la Tierra que se ha producido a través de los años y que ha traído como consecuencia cambios climáticos, que en la mayoría de los casos ocurren por las distintas actividades humanas y que siguen afectando al medio ambiente.
A pesar de las medidas que se han venido tomando en los últimos años, son muchas las causas que han generado que el calentamiento global siga en aumento, como la actividad solar y las erupciones volcánicas, que parece se han incrementado en todo el mundo; la constante desforestación de los bosques y selvas, que han generado la pérdida de una gran variedad de flora y fauna vitales para el equilibrio medio ambiental; la quema de los combustibles fósiles; el uso excesivo de los fertilizantes y la continua producción de residuos que provocan graves daños al medio ambiente.
Huella de CO2

El dióxido de carbono o CO2 es un gas concentrado en la tierra que resulta esencial para el proceso biológico en la naturaleza. Se necesita para mantener el equilibrio y el bienestar de la vida.
Sin embargo, en las últimas décadas su concentración en la atmósfera terrestre ha aumentado de forma vertiginosa, lo cual ha provocado grandes desequilibrios en el clima del planeta entero. En este sentido, mucho ha contribuido la forma de vida que el hombre ha adoptado a partir de la Revolución Industrial, donde comenzaron a proliferar las fábricas, mayor utilización del petróleo y la fabricación de novedosos medios de transporte.
La huella de CO₂ es un concepto que se utiliza para medir el impacto que nuestras actividades tienen sobre el cambio climático. Los gases de efecto invernadero, como el CO₂, atrapan el calor en la atmósfera, provocando el aumento de la temperatura global.
Se ideó la huella de CO2, que es un indicador ambiental que cuantifica la cantidad total de gases de efecto invernadero (GEI), expresados en equivalentes de dióxido de carbono (CO₂), que son emitidos directa o indirectamente por una persona, organización, evento o producto. En otras palabras, es una forma de medir nuestra contribución al calentamiento global.
La huella de carbono se ve afectada por diversos factores, entre ellos la generación de electricidad a partir de combustibles fósiles es una de las principales fuentes de emisiones de CO₂; el uso de vehículos a gasolina o diésel; la agricultura y la ganadería; la producción y el consumo de bienes y servicios que generan emisiones de CO₂ en todas las etapas de su ciclo de vida.
El calentamiento global y la enfermedad renal

El calentamiento global está provocando una serie de cambios en nuestro planeta que afectan directamente la salud humana, incluyendo la función renal. Las olas de calor, sequías e inundaciones pueden aumentar la incidencia de enfermedades infecciosas, desnutrición y deshidratación, factores que a su vez pueden dañar los riñones.
El aumento de las temperaturas y los eventos climáticos extremos pueden contaminar las fuentes de agua, exponiendo a las personas a sustancias tóxicas que dañan los riñones. Las altas temperaturas pueden causar estrés térmico, lo que puede llevar a una disminución del flujo sanguíneo renal y afectar la función renal.
Por otro lado, las unidades de hemodiálisis y diálisis peritoneal, aunque son esenciales para la vida de muchos pacientes con enfermedad renal crónica, generan una cantidad significativa de residuos y consumen una gran cantidad de energía y agua.
Esto contribuye al calentamiento global y a la degradación ambiental. La diálisis produce grandes cantidades de residuos plásticos, como bolsas de diálisis, tubos y envases, que tardan muchos años en descomponerse y contaminan el medio ambiente. Además, requiere grandes cantidades de agua para preparar el dializado y limpiar los equipos; y la operación de las máquinas de diálisis y la esterilización de los equipos consumen una gran cantidad de energía, lo que contribuye a las emisiones de gases de efecto invernadero.
Existe una relación bidireccional entre el calentamiento global y la diálisis. Por un lado, el calentamiento global aumenta la incidencia de enfermedades renales, lo que a su vez aumenta la demanda de diálisis. Por otro lado, la diálisis, al ser un proceso altamente demandante de recursos, también tiene impacto en el calentamiento global.
Es necesario adoptar medidas para reducir el impacto ambiental de la diálisis y mitigar los efectos del calentamiento global en la salud renal.
Algunas de estas medidas incluyen optimización de procesos para reducir el consumo de agua y energía, reutilizar los materiales y mejorar la eficiencia de los equipos; implementación de programas de reciclaje y eliminación segura de los residuos plásticos; investigación y desarrollo de nuevas tecnologías de diálisis más sostenibles y eficientes; promoción de estilos de vida saludables y medidas preventivas para reducir la incidencia de la enfermedad renal, lo que disminuiría la utilización de riñones artificiales; reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero a través de políticas públicas y cambios en los estilos de vida.
¿Por qué es importante la huella de CO₂?

Conocer nuestra huella de carbono nos permite tomar conciencia de nuestro impacto en el planeta y adoptar medidas para reducirlo. La reducción de la huella de carbono es fundamental para alcanzar los objetivos de desarrollo sostenible y construir un futuro más sostenible para las generaciones futuras. Existen muchas acciones que podemos llevar a cabo para reducir nuestra huella de carbono.
Cuando se utilizar eficientemente la energía en el hogar y en el trabajo, apagando las luces cuando no sean necesarias, utilizando electrodomésticos eficientes y optando por energías renovables, estamos disminuyendo la huella de CO2.
Comprar productos de segunda mano, utilizar la ropa que no esté de moda; reparar en lugar de reemplazar, reducir el consumo de carne y optar por productos locales y de temporada son maneras de ayudar con la disminución de producción de CO2.
Utilizar el transporte público, caminar, andar en bicicleta o compartir el auto, son medidas de movilidad sostenible. Reciclar y separar los residuos para compostar los desechos orgánicos son medidas de ayuda.
En resumen, el calentamiento global y la enfermedad renal están estrechamente relacionados, y la diálisis juega un papel importante en este complejo escenario. Es fundamental adoptar medidas para reducir el impacto ambiental de la diálisis y mitigar los efectos del cambio climático en la salud renal.
La prevención de enfermedades crónicas y la promoción de estilos de vida saludable pueden evitar a que la hipertensión y la diabetes produzcan enfermedad renal crónica y que una persona requiera diálisis, mientras la investigación y la innovación encuentre maneras más eficientes de la realización de la operación de los procesos de diálisis para que sean más amigables con el medio ambiente.
Por: Dra. Karen Courville, FACP, SNI