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Son cinco los virus de la hepatitis, cada uno con un registro a considerar. En el caso de la hepatitis B, es el causante de 260 millones de personas con infección crónica y, tanto a la B como a la C, se les consideran “epidemias silenciosas”, porque la mayoría de las personas que viven con estos virus desconocen que sufren la dolencia. El doctor Roberto Fogel, al respecto, ofrece una detallada explicación y orienta a los pacientes porque prevenir es siempre la mejor medicina.

-¿Cuántos tipos de  hepatitis existen y cuáles son sus características?

Los cinco tipos de virus de la hepatitis son los siguientes:

1) Hepatitis A (VHA)

Es una de las dos que se transmite por el consumo de agua o alimentos contaminados (aunque también puede propagarse por ciertas prácticas sexuales). Este tipo de virus suele provocar una infección leve, con una recuperación completa al cabo de unas semanas.

La mayoría de las personas infectadas pueden sufrir una amplia gama de síntomas (entre dos y siete semanas después de haberse infectado): fiebre, pérdida de apetito, calambres en el estómago, ictericia (coloración amarillenta de la piel y los ojos); orina oscura y fatiga.

Al viajar, sobre todo en países en desarrollo, debemos prestar atención con el agua (siempre embotellada, evitar cubitos de hielo) y la comida (evitar alimentos crudos o poco cocinados). Convivir con alguien en casa con hepatitis A nos obliga a extremar ciertas medidas porque es transmisible: no compartir cubiertos ni platos, ni cepillos de dientes, lavarnos bien las manos…

2) Hepatitis B (VHB)

En todo el mundo hay casi 260 millones de personas con infección crónica por el virus de la hepatitis B, según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Se transmite sobre todo cuando la sangre, el semen u otros líquidos corporales de una persona infectada, incluso en cantidades microscópicas, entra en el cuerpo de una persona no infectada.

Se puede transmitir a través de prácticas sexuales sin protección, compartiendo equipos contaminados como agujas, jeringas e incluso equipos médicos como monitores de glucosa y artículos personales como cepillos de dientes o por vía perinatal, es decir, de la madre infectada al bebé en el momento del parto.

3) Hepatitis C (VHC)

Se transmite casi siempre por la exposición a sangre contaminada, que suele producirse por transfusiones de sangre o al compartir jeringuillas, o hacerse piercings o tatuajes con instrumentos contaminados. Aunque la transmisión sexual también es posible, esta posibilidad es más excepcional.

La mejor manera de prevenirla es reducir el riesgo de exposición al virus, como la higiene de las manos, un uso seguro de las inyecciones en la atención sanitaria y una correcta manipulación y eliminación de objetos afilados y el uso del preservativo, reconoce la Federación Nacional de Enfermos y Trasplantados Hepáticos (FNETH).

La particularidad de la hepatitis C recae en la posibilidad de hacerse crónica. A este respecto, la hepatitis B y C que son crónicas afectan a más de 300 millones de personas en todo el mundo. La World Hepatitis Alliance las califica como “epidemias silenciosas” porque la mayoría de las personas que viven con estos virus lo desconocen. Esto aumenta el riesgo de desarrollar enfermedad hepática mortal o cáncer de hígado, así como transmitir la infección a otras personas sin ser conscientes de ello.

4) Hepatitis D (VHD)

Esta enfermedad afecta sólo a personas infectadas ya por la hepatitis B, ya que necesita el virus de tipo D necesita el B para sobrevivir. La simultaneidad de ambos virus hace que pueda aparecer una afección más grave. Se transmite sobre todo por vía sanguínea, a través de jeringuillas usadas por personas infectadas (tatuajes, consumo de drogas…) o por compartir objetos de higiene personal como cepillos de dientes, máquinas de afeitar o en transfusiones sanguíneas, por contacto sexual sin protección y de madre a hijo.

5) Hepatitis E (VHE)

Se transmite, igual que la hepatitis A, a través del consumo de agua o alimentos contaminados (hielo, frutas y verduras crudas sin lavar…). Su prevención pasa por extremar las medidas higiénicas y evitar el consumo de bebidas y alimentos contaminados.

-¿Cuál de los tipos de hepatitis tienen consecuencias más peligrosas para la salud?

1) Hepatitis A

En casi todos los casos la recuperación no requiere tratamiento y suele desaparecer al cabo de unas semanas o, en los casos más graves, varios meses, lo que tarde el cuerpo en expulsar la infección. Pero la enfermedad no se vuelve crónica. La prevención pasa por lavarse las manos tras usar el baño y cambiar pañales y antes de preparar alimentos.

2) Hepatitis B

Este tipo de virus puede provocar cirrosis y cáncer de hígado, aunque si se detecta a tiempo, se puede tratar y evitar que la enfermedad progrese.

3) Hepatitis C

El tratamiento puede variar. En algunos casos, no será necesario porque el sistema inmunitario elimina la infección de forma espontánea. En otros casos, pueden necesitarse antivíricos de acción directa.

4)Hepatitis D

Este tipo de hepatitis puede hacer empeorar una infección por hepatitis B y hacer más graves los síntomas.

5) Hepatitis E

No causa enfermedad crónica.

-¿Qué debemos saber sobre las vacunas contra la hepatitis?

1)Hepatitis A

 Este tipo de hepatitis cuenta con una vacuna que tiene una eficacia de casi el 100%.

2) Hepatitis B y D

 La vacuna para la hepatitis B ha permitido que haya bajado mucho su incidencia. Incluso hay vacunas contra este tipo de virus que también protegen contra la infección de la hepatitis D, ambas relacionadas, como ya veremos.

3) Hepatitis C

A diferencia del resto de los virus, el de la hepatitis C no tiene vacuna.

4) Hepatitis E

No tiene vacuna.

 -¿Las vacunas contra la hepatitis son siempre efectivas o debemos protegernos de las causas que pueden provocar la enfermedad?

-No, ninguna vacuna previene el 100% pero muchas veces la hepatitis es más suave y con menos complicaciones.

-¿Cuáles son los tratamientos más eficaces según el tipo de hepatitis?

Lo más importante es la prevención.

  • Evitar estar en contacto con pacientes infectados o sospechosos
  • Lavarse las manos con frecuencia
  • Tener cuidado con los alimentos crudos especialmente mariscos
  • Tatuajes
  • Utilizar métodos de protección al tener relaciones sexuales
  • Lavado de frutas, verduras, hortalizas
  • No usar cepillos de dientes de otras personas

– El interferón y la ribavirina se usaron para tratamiento de la hepatitis C. Hoy en día hay nuevos protocolos de tratamientos para hepatitis B y C.

– Hay tres medicamentos aprobados por la Agencia de Medicamentos y Alimentación (FDA por sus siglas en inglés) para hepatitis B y también hepatitis C pero estos van a depender del recuento viral, y lo ideal es contactar a un hepatólogo ya que muchas veces hay combinación de tratamientos, y estos tienen también complicaciones.

Dr. Roberto Fogel

El doctor Roberto Fogel es profesor asistente de Medicina Clínica de la División de Gastroenterología de la Facultad de Medicina Miller de la Universidad de Miami, habilitado para ejercer en Estados Unidos (EE.UU.), Israel y Venezuela. Es graduado de la Escuela de Medicina José María Vargas de la Universidad Central de Venezuela, Caracas, con residencia en Gastroenterología en el Hospital Miguel Pérez Carreño (Caracas, Venezuela) y fellow en el Hospital Boston Harvard Medical School. Tiene varias patentes médicas, vinculadas a los estudios laparoscópicos y endoscópicos y es miembro de varias sociedades médicas, con una amplia trayectoria como investigador.