Giulia De Sanctis, presidenta de Apede, reflexionó, al inaugurar CADE 2025, que la innovación tecnológica y la IA se han convertido en una herramienta esencial para transformar la manera como operamos en el sector privado y público
Por: Violeta Villar Liste
El Dr. Eduardo Ortega Barría, secretario nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación (Senacyt) de Panamá, durante el panel IA como estrategia central: desafíos y oportunidades en la implementación de IA para la transparencia y el futuro del gobierno digital, reflexionó que la IA es una herramienta transversal: no se trata solo de tecnología por tecnología.
La Conferencia Anual de Ejecutivos (CADE) 2025: Innovación e inteligencia artificial (perspectivas sobre gobernabilidad, transparencia, regulación y competitividad), ha sido espacio para repensar el ahora y el mañana del país desde la perspectiva de los retos y desafíos de la innovación y la Inteligencia Artificial (IA).
El máximo evento de la Asociación Panameña de Ejecutivos de Empresa (Apede), inauguró este martes 8 de abril y se extiende hasta mañana 10 de abril, con paneles de discusión y conferencias magistrales que ponen luz sobre una herramienta que ya existía (la IA) pero que se ha masificado con plataformas como ChatGPT que democratizó el acceso a un conocimiento novedoso y disruptivo.
Panamá tiene ante sí el desafío de crear su propia estrategia de IA y en esta tarea trabaja.
Giulia De Sanctis, presidenta de Apede, reflexionó, al inaugurar CADE 2025, que la innovación tecnológica y la IA se han convertido en una herramienta esencial para transformar la manera como operamos en el sector privado y público.

“La inteligencia artificial tiene el potencial de transformar la toma de decisiones y fortalecer la transparencia en la gestión pública. Su aplicación puede reducir la burocracia, mejorar la calidad de los servicios públicos y, en consecuencia, aumentar la confianza de los ciudadanos, promoviendo una mayor participación cívica”.
En este contexto, llamó a desarrollar una estrategia nacional de inteligencia artificial, acompañada de una regulación que incorpore las experiencias internacionales y el aprendizaje de otros países, analizando oportunidades y riesgos.
De igual modo, garantizar que el uso de IA respete la privacidad, la seguridad de los datos y los derechos fundamentales de los ciudadanos.
Otro aspecto, es asegurar que todos los sectores de la población, independientemente de su acceso a la tecnología, puedan beneficiarse de la digitalización.
La tecnología, observa, no es un fin en sí mismo, sino un medio para construir una sociedad más eficiente, equitativa y conectada.
Con un enfoque adecuado, Panamá tiene la oportunidad de convertirse en un referente regional en el uso responsable de la IA para el desarrollo de un país más transparente, competitivo y sostenible, resaltó la presidenta de Apede.
El Dr. Eduardo Ortega Barría, secretario nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación (Senacyt) de Panamá, durante el panel IA como estrategia central: desafíos y oportunidades en la implementación de IA para la transparencia y el futuro del gobierno digital, reflexionó que la IA es una herramienta transversal: no se trata solo de tecnología por tecnología.

Señaló que una estrategia de IA debe ir más allá del sector público y comprender su impacto en la vida nacional, en la transformación del individuo y de la sociedad. Se trata de “un instrumento de desarrollo tecnológico, inclusivo y transformacional que nos debe ayudar a modernizar el Estado e identificar áreas prioritarias”.
Delimitó que la estrategia de IA debe alinear el desarrollo tecnológico del país con los objetivos nacionales: que sea equitativo, eficiente y tenga la transparencia necesaria.
También se debe garantizar que la IA se realice bajo principios éticos, más allá de la regulación, con revisión permanente y coordinación interinstitucional para ser efectivos.
Definió como áreas prioritarias, la seguridad, la educación y la salud; agro también es importante.
Educación: Las herramientas de la IA pueden favorecer una educación personalizada, inclusiva y gestionar mejor el aprendizaje. Incluso existen sistemas de IA que identifican de manera temprana el rezago escolar y generan alertas que ayudan a nivelar a quienes no avanzan en los procesos de aprendizaje. El Dr. Ortega Barría comentó que los asistentes virtuales educativos son herramientas poderosas porque pueden atender 24/7. Ayudan a resolver dudas y fortalecen la retroalimentación de manera inmediata. “Si usamos estas herramientas, lograremos planificar una mejor infraestructura y un mejor currículum”.
Pilares de una política de IA
Los pilares que sostienen esta política en desarrollo de IA en Panamá, los describe el Dr. Ortega Barría:
- Gobernanza y marco normativo
- Contar con talento humano y capacidad institucional
- Datos e infraestructura: “Somos un país difícil para tener datos abiertos, actualizados y robustos y que puedan los tomadores de decisiones usarlos”.
- Ética, inclusión y sostenibilidad: evitar discriminación por el empleo de algoritmos que son importados.
- Cooperación internacional e incorporar estándares globales. “No podemos vivir desconectados”.
En este proceso, el papel de las asociaciones público-privadas (APP) resulta crítico “porque nos permite de alguna manera canalizar recursos financieros, humanos y tecnológicos hacia el público” en colaboración con el sector privado.
Explicó que si bien Panamá cuenta con la Agenda de Digitalización Nacional, la IA es parte de la digitalización junto con otras herramientas, entre emergentes (las nuevas), las fundacionales o las de frontera que obligan “a prepararnos con antelación y hacerlo de manera responsable”.

El por qué y el para qué de una política de IA
El Dr. Ortega Barría resaltó que el uso de la IA permite reducir costos y tomar decisiones con mayor evidencia y equidad, aspecto crucial para Panamá que es el tercer país más desigual de la región.
Julio Germán Arias, secretario de Digitalización y Simplificación de Procesos del Ministerio de la Presidencia, presente en el panel, dijo que el uso de herramientas de la IA permite al Estado reducir la discrecionalidad; mejorar los procesos públicos y luchar contra la corrupción, por ejemplo, al ayudar a detectar conductas sospechosas.
Adolfo Fábrega, administrador general de la Autoridad Nacional para la Innovación Gubernamental (AIG), reflexionó que la IA está transformando nuestro mundo, y Panamá no puede quedarse atrás. A pesar de las dificultades y el temor al cambio, es fundamental adoptar componentes de IA para impulsar el desarrollo y fortalecer el país.
Por ello, sostuvo, es imprescindible contar con una estrategia nacional de IA, enfocada tanto en sus aplicaciones como en su implementación inmediata. Paralelamente, se avanza en la legislación sobre cibercrimen y protección de datos, asegurando un marco sólido para su crecimiento.
En este contexto, Panamá debe fomentar el uso de la tecnología sin restricciones innecesarias, convirtiéndose en un catalizador para la innovación en IA. La ciberseguridad es uno de los sectores que más avances ha logrado en el uso de IA, tanto en la protección contra amenazas como en el combate contra actores malintencionados.
Anunció que la AIG ha publicado una licitación para un nuevo sistema y está desarrollando un centro de vigilancia proactiva en ciberseguridad, además de un avanzado centro de atención a incidentes. Panamá es un país que recibe numerosos ataques cibernéticos y le corresponde reforzar su seguridad con un monitoreo continuo y proactivo.
Es clave no quedarse en las etapas básicas de desarrollo tecnológico, sino avanzar estratégicamente, argumentó.
Citó el ejemplo de Estonia, que definió su estrategia de IA en 1996 y consolidó su modelo de gestión de datos en el año 2000. “Panamá puede construir un marco sólido y visionario para el aprovechamiento de la IA en beneficio de su sociedad y economía”.
Estonia, un modelo a seguir

Durante la apertura de CADE 2025: Innovación e inteligencia artificial (perspectivas sobre gobernabilidad, transparencia, regulación y competitividad), correspondió la conferencia magistral a Liina Areng, experta en transformación digital y quien, desde febrero 2021, se incorporó al proyecto denominado EU CyberNet para liderar el Centro de Competencia en Ciberseguridad y Ciberdelincuencia de América Latina y el Caribe (LAC4) en la República Dominicana.
De manera previa, a través del proyecto Cyber4Dev de la Unión Europea, “coordinó la contribución de Estonia al primer proyecto global de creación de capacidades cibernéticas de la UE”. Fue asesora de ciberseguridad en el Ministerio de Defensa de Estonia.
Reflexionó que la construcción de un gobierno digital no es solo un desafío tecnológico, sino que implica una profunda transformación política, económica, y social.
Estonia, un pequeño país con un millón de habitantes en el noroeste de Europa, recuperó su independencia en 1991 y enfrentó el reto de crear un Estado moderno e independiente con recursos limitados. La ausencia de sistemas heredados se convirtió en una ventaja, permitiéndoles construir su infraestructura digital desde cero. Esto los llevó, en 25 años, a convertirse en un referente global en digitalización gubernamental, contextualizó la ponente.
La experta subrayó que los ciudadanos estonios valoran la eficiencia de los servicios digitales, pero han aprendido que la tecnología debe servir para conectar a las personas, no aislarlas. La clave de su éxito ha sido la confianza, la accesibilidad y la conexión humana. La digitalización ha reducido la burocracia y la corrupción, generando una relación más cercana entre el Estado y sus ciudadanos.
Desde diciembre de 2024, todos los servicios públicos en Estonia son 100% digitales, incluyendo trámites como el matrimonio, el divorcio y el voto electrónico. Cada ciudadano tiene una identidad digital segura que permite el acceso a servicios, firma de documentos y participación electoral.
La transformación digital en Estonia ha sido impulsada por voluntad política, transparencia y una mentalidad abierta hacia la innovación y el riesgo. Su ingreso a la Unión Europea en 2004 les permitió adoptar regulaciones europeas en protección de datos, interoperabilidad y ciberseguridad, alineando sus sistemas con estándares comunes y facilitando el comercio y la cooperación internacional.
Algunos principios clave en su modelo incluyen:
- Identidad digital segura: Equivalente a una firma manuscrita, es la base del acceso a los servicios.
- El principio de una sola vez: El gobierno no solicita información que ya ha sido proporcionada a otra entidad, reduciendo trámites innecesarios.
- Interoperabilidad: Crearon una plataforma que permite la conexión en tiempo real entre instituciones gubernamentales.
- Servicios digitales por defecto: Todo trámite público se diseña pensando en la digitalización desde el inicio.
- Alianzas público-privadas: La colaboración con startups, empresas y el sector académico ha sido clave en la transformación digital.
En la era de la inteligencia artificial (IA), la gobernanza eficaz no se trata solo de gestionar algoritmos, sino de comprender su impacto. Estonia utiliza IA para optimizar procesos como la declaración de impuestos, pero siempre con reglas claras que aseguren un uso ético y responsable. Por ello, han desarrollado un marco legal que orienta el uso de la IA centrado en las personas, destacó.
Dijo que las lecciones de Estonia pueden ser valiosas para Panamá. Experiencias como entender que la transformación digital es un proceso continuo y la ciberseguridad un pilar.
La confianza y la capacitación son esenciales: Los ciudadanos deben entender y confiar en la tecnología para aprovecharla al máximo.
Panamá, sostuvo, puede aprender de Estonia construyendo una estrategia clara y una infraestructura digital robusta que permita escalar. “No se trata solo de digitalizar procesos analógicos, sino de rediseñar la forma en que el Estado sirve a la ciudadanía. Con visión y compromiso, incluso un país pequeño puede convertirse en un líder regional en digitalización y confianza institucional”.
Nerio Peña, presidente del comité organizador de CADE, recordó que la IA automatiza tareas, redefine el concepto de trabajo y genera nuevos dilemas éticos y sociales que requieren atención inmediata.

“Su impacto es transversal, afectando a países, empresas e instituciones, y planteando interrogantes fundamentales: ¿Contamos con el talento para competir en este nuevo entorno? ¿Nuestras leyes y políticas están preparadas para esta revolución? ¿Estamos democratizando el acceso a estas herramientas o ampliando la brecha digital?”
Resaltó la importancia de CADE 2025 de servir el escenario para el abordaje de estas perspectivas.
“Esta CADE no es solo una hoja de ruta compartida, sino un llamado a la acción. Se requiere compromiso, estrategia y colaboración para que la IA se convierta en un motor de desarrollo, impulsando la competitividad y fortaleciendo la gobernabilidad con mayor transparencia y regulación efectiva”.
Julio Moltó, ministro de Comercio e Industrias de Panamá, en representación del presidente de la República, José Raúl Mulino, reflexionó que “más allá de su dimensión técnica, la inteligencia artificial (IA) y la innovación tecnológica representan herramientas clave para acelerar la transformación de la economía, mejorar la eficiencia de las instituciones y generar nuevas oportunidades. Desde el gobierno, compartimos esta visión y creemos en el papel fundamental de la empresa privada como motor del desarrollo, el emprendimiento como vía de movilidad social y el sector productivo como socio estratégico”.

Dijo que Panamá ha atravesado años complejos y hoy la meta es fortalecer la gestión del Estado, acelerar la transformación digital y optimizar las finanzas públicas.
Anunció que se está actualizando el marco normativo en ciberseguridad, protección de datos y tecnologías emergentes, abriendo nuevas oportunidades para empresas locales e internacionales. “La meta es que al menos el 35% de la Inversión Extranjera Directa (IED) entre 2025 y 2030 se enfoque en sectores clave como salud, agroindustria e innovación”.
La inversión requiere talento, enfatizó, y por eso impulsamos el Plan Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación 2025-2029, que busca desarrollar polos regionales de innovación y capacitar a la población con impacto local y global.
Puso un ejemplo de casa de la aplicación de IA en procesos administrativos: dos expertas con maestría en IA, crearon un robot para agilizar el registro de la Agencia Panameña de Alimentos, reduciendo el tiempo de procesamiento de documentos de 12 días a solo horas. “Esto demuestra que la IA no solo transforma procesos, sino que también nos enseña nuevas formas de operar”, resaltó.
Con esta mirada, y la certeza de impulsar a Panamá como hub digital y logístico regional, avanza CADE 2025, un escenario de preguntas, certezas y propuestas.
Por: Violeta Villar Liste | [email protected]