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El asma no es solo enfermedad de niños. En el caso de Panamá, uno de cada 10 mayores de 18 años la padece y son las mujeres el grupo más afectado.

El tabaquismo y la rinitis, por otra parte, “son los factores de riesgo principales para el desarrollo de asma” en este grupo de población, refleja la investigación, Prevalencia y características del asma en mayores de 18 años en la República de Panamá: estudio de base poblacional PRENFOR.

El estudio, publicado en la Open Respiratory Archives, revista en línea de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (Separ), en su edición julio-septiembre 2020, y en el portal científico ScienceDirect, es autoría de los doctores panameños Lorena Noriega Aguirre, médico especialista en Neumología y Medicina Interna; Amparo Aguilera, médico especialista en Neumología y Medicina Interna; Joel Méndez, médico especialista en Salud Pública y, de las terapeutas respiratorias, Yamileth García y Amny Trujillo.

El estudio también observa que en esta población de asmáticos “se encontró una alta prevalencia de obesidad, que puede ser un reflejo de la población general del país, ya que no encontramos diferencias entre hombres y mujeres para esta variable”.

Consideran que este subgrupo de asma y obesidad ameritaría realizar nuevos estudios.

Indican que “la prevalencia obtenida en este estudio para Panamá es mayor que lo reportado en Argentina y México, y menor a la encontrada en el Perú.

Sin embargo, resulta similar a los reportes de países fronterizos como Costa Rica y Colombia”.

Al igual que en otros estudios, agregan, se encontró que en población adulta el asma es más frecuente en el sexo femenino.

De igual modo, destaca “el poco uso de la espirometría como herramienta diagnóstica, así como un subdiagnóstico importante. Al encontrar un tercio de espirometrías normales, se hace necesaria la disponibilidad en nuestro medio de otras herramientas diagnósticas, como las pruebas de hiperreactividad y fracción espirada de óxido nítrico”.

Estos resultados derivan de 1,532 encuestas aplicadas en las 10 provincias de Panamá, entre enero y junio de 2019. De este número, un total de 1,514 resultaron válidas para el estudio.

Entre otras limitaciones del estudio, subrayan que “los pacientes pueden subestimar los síntomas”, por lo cual “se pudieron dejar de captar sintomáticos respiratorios”.

Sin embargo, consideran que los aportes “constituyen un punto de partida para conocer mejor las características de la población asmática en la República de Panamá”.

Asma, enfermedad a controlar

Los doctores José Romero, director para Centroamérica y el Caribe de GSK y Gur Levy, director regional para franquicia de medicamentos respiratorios en GSK, en un conversatorio sobre el asma con periodistas de la región, destacaron que se estima una prevalencia mundial total de 339 millones de asmáticos, la mayoría en países de ingresos bajos y medios.

En el ámbito global, la enfermedad se sitúa en el puesto 16 entre las causas principales de años vividos con discapacidad.

El Dr.Levy explicó de manera sencilla las razones del asma, enfermedad que “se caracteriza por una inflamación crónica de las vías respiratorias”.

Los bronquios deben tener un diámetro normal pero cuando se inflaman, se obstruye la vía y se presenta la dificultad respiratoria, tos u opresión en el pecho.

El famoso “silbido” es una expresión de esta afectación.

Señalan que el asma no controlada es un problema importante en Latinoamérica. Encuestas señalan que el 93% de los pacientes no la tenían controlada o solo de manera parcial.

En el caso de los niños, es el asma la enfermedad no transmisible más común.

En la región, Costa Rica es el país con mayor incidencia y con una de las tasas de más alta prevalencia en el mundo: de cada 10 niños, 2 la sufren.

El Dr. Levy señala que en Costa Rica, para abordar esta situación, replicaron la experiencia de Finlandia: más educación en salud y búsqueda activa de casos de asma.

“Es un ejemplo en la región porque fue el primero en lograr que en su sistema de seguridad social los pacientes recibieran terapia controladora”.

En Panamá, también resaltan acciones del parte del Ministerio de Salud (Minsa) para aumentar la disponibilidad de opciones diagnósticas.

Aun cuando el asma es una enfermedad crónica, coinciden que el 90% de los casos se podrían mejorar a través de educación, asistencia sanitaria y una práctica que lleve al control de la enfermedad  para evitar la llamada medicación aliviadora o de rescate, claro indicio de la falta de prevención.

Violeta Villar Liste
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