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Un nuevo informe del Banco Mundial-UNICEF, en colaboración con UNESCO, hace un llamado urgente a la acción para mitigar la crisis de aprendizaje tras la COVID-19

Colocar a la recuperación educativa en lo más alto de la agenda pública, reintegrar a todos los niños y niñas que han abandonado la escuela y asegurar que permanezcan en ella, forman parte de las recomendaciones contenidas en el nuevo informe, Dos años después: salvando a una generación

El documento, elaborado por Banco Mundial-UNICEF, en colaboración con UNESCO, hace un llamado urgente a la acción para mitigar la crisis de aprendizaje tras la COVID-19.

Mensajes principales del informe:


América Latina y el Caribe ha sufrido uno de los cierres de escuelas más largos del mundo. La región fue golpeada en forma inusitada en términos sanitarios, económicos y educativos. En la región, toda una generación de estudiantes —alrededor de 170 millones de niñas, niños y adolescentes — se vio totalmente privada de educación presencial por aproximadamente 1 de cada 2 días efectivos de clase a la fecha.


• Los efectos de la pandemia sobre el sector educativo de la región han sido muy serios:


• Tomando en cuenta los efectos hasta finales de 2021, el impacto general sobre la población no escolarizada ha sido limitado gracias a una serie de políticas de protección. Sin embargo, se necesitan más datos para evaluar plenamente este impacto en el período 2021/2022, y millones de niños y adolescentes corren el riesgo de abandonar los estudios por rezagarse académicamente.


• Las pérdidas de aprendizaje proyectadas y reales son muy altas, y más graves para los primeros grados, los estudiantes de menor edad y la población en condición socioeconómica más baja. Los niveles de rendimiento en lectoescritura y en matemáticas de los estudiantes del nivel primario caerían a niveles similares a los de hace más de diez años, en un contexto en el que las mejoras ya eran de por sí muy lentas. Se estima que alrededor de 4 de cada 5 estudiantes de sexto grado no serían capaces de entender e interpretar adecuadamente un texto de longitud moderada.


• Las pérdidas de aprendizaje se traducirían en una disminución de cerca del 12% en los ingresos a lo largo de la vida de un estudiante actual.


• La salud psicosocial y el bienestar de los estudiantes también se vieron muy afectados.


• La incipiente recuperación debe centrarse en el regreso a la escuela y, sobre todo, en la recuperación y
aceleración del aprendizaje:


• La agenda de retorno a la escolaridad debe abarcar: (i) la reapertura segura y sostenible de todas las instituciones educativas; (ii) la reinscripción de todos los estudiantes; y (iii) la prevención del abandono escolar.


• La agenda de recuperación y aceleración del aprendizaje debe comprender: (i) la priorización y consolidación de los planes de estudio; (ii) la evaluación de los niveles de aprendizaje; y (iii) la implementación a escala de estrategias y programas de recuperación del aprendizaje.

Esta agenda requiere de la aplicación urgente y comprensiva de cuatro compromisos:

• Un compromiso para colocar a la recuperación educativa en lo más alto de la agenda pública.
• Un compromiso para reintegrar a todos los niños, niñas y adolescentes que han abandonado la escuela y asegurar que permanezcan en ella.
• Un compromiso para recuperar los aprendizajes perdidos y asegurar el bienestar socioemocional de los
niños, niñas y adolescentes.
• Un compromiso para valorar, apoyar y capacitar al personal docente.

Crisis educativa sin precedentes

“América Latina y el Caribe enfrenta una crisis educativa sin precedentes que podría comprometer el desarrollo futuro de nuestros países”, dijo Carlos Felipe Jaramillo, vicepresidente del Banco Mundial para América Latina y el Caribe, citado en comunicado.

“El hecho de que una gran mayoría de los alumnos de sexto grado tal vez no logre comprender lo que leen pone un signo de interrogación sobre el bienestar futuro de millones de niños que aún no desarrollaron competencias fundamentales críticas, algo que eleva el riesgo de profundizar aún más las desigualdades de larga data en la región”.

Los niños más jóvenes y vulnerables han sido desproporcionadamente afectados por estas pérdidas de aprendizaje, como muestra la evidencia más reciente a lo largo de la región, sentando las bases para una mayor desigualdad y una crisis generacional.

“América Latina y el Caribe ya perdió más de diez años de avances en términos de aprendizaje a causa de los dos años de cierre de escuelas por COVID-19. Y esta catástrofe educativa sigue en marcha, día tras día”, dijo Jean Gough, director regional de UNICEF para América Latina y el Caribe. 

“Si bien la mayoría de las escuelas de la región ha reabierto, vemos que demasiados niños no han podido regresar a la escuela a tiempo completo, y muchos de los que han regresado están perdidos. En ambos casos no están aprendiendo. Cerrar los ojos ante la crisis educativa más severa jamás enfrentada por la región perjudicará a los jóvenes de hoy y a todos nosotros a largo plazo”.

También publicado ayer, el informe Situación de la pobreza de aprendizaje a nivel mundial: actualización 2022, elaborado por el Banco Mundial, UNESCO, UNICEF, FCDO, USAID y BMGF, muestra que, en términos comparativos, la crisis educativa en América Latina y el Caribe coloca a la región en el segundo peor lugar a nivel mundial. Apenas la región de África Subsahariana muestra una tasa más alta de pobreza de aprendizaje, con nueve de cada diez alumnos que no pueden leer y comprender un texto simple al final de la primaria.

Más preocupante aún, América Latina y el Caribe muestra el aumento más pronunciado en este índice desde 2019, seguida de Asia Meridional. De acuerdo con el informe, esto probablemente se deba a la duración de los cierres de escuela en ambas regiones.

Claudia Uribe, directora de OREALC/ UNESCO Santiago destacó el resultado de la III Reunión regional de ministras y ministros de Educación de América Latina y el Caribe en la cual se manifestó la urgencia en priorizar la recuperación y la transformación de los sistemas educativos. “La recuperación no puede significar volver a lo mismo, es necesario priorizar la educación en la agenda pública de nuestras naciones, garantizando su adecuado financiamiento para poder realizar los objetivos propuestos”.  

Dada la gravedad de la crisis, el nuevo informe, Dos años después: salvando a una generación insta a los gobiernos a enfocar inmediatamente sus políticas en dos estrategias esenciales: regresar a la escolaridad y recuperar el aprendizaje perdido.

El regreso a la escolaridad apunta a completar la reapertura de todas las escuelas de forma sostenible, a reinscribir a todos los estudiantes y a evitar la deserción.

La agenda para recuperar el aprendizaje debe priorizar las habilidades fundamentales en lectura y matemáticas, evaluar el nivel de aprendizaje, y poner en marcha estrategias y programas de recuperación del aprendizaje a gran escala.

También es necesario abordar las necesidades psicosociales de alumnos y docentes y las brechas digitales para enfrentar estos desafíos.

Las recomendaciones del informe reflejan el “Compromiso por la recuperación y protección del aprendizaje en América Latina y el Caribe” anunciado a principios de este mes de forma conjunta con el Diálogo Interamericano, UNESCO y UNICEF, que cuenta con el apoyo de los presidentes de Argentina, Chile, Ecuador y Honduras.

Con información del Banco Mundial/Informe Dos años después: salvando a una generación