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Después de una dura semana de trabajo, nada mejor que arrancar el fin de semana con el “viernes cultural”, esa reunión de amigos en las esquinas del barrio presagiando ya el descanso y la fiesta. Esta sección pretende hacer eso, arrancar nuestro fin de semana desde esta esquina virtual con cuentos y poemas de autores panameños para que los conozcan y los disfruten. Así que, ¡feliz fin de semana!, con sabor a literatura panameña de la buena.

Pedro Crenes Castro, coordinador del Viernes Cultural: Literatura Panameña [email protected]

Un cuento y un microrrelato de Sonia Ehlers

Sonia Ehlers


Sonia Ehlers (México, 1944), es colonense. Escribe novela, cuento, ensayo y poesía. Posee una voz completa con una mirada histórica que no encorseta nunca su universo creativo que la convierte en una de nuestras escritoras más interesantes y con una obra considerable. Entre sus obras podemos citar Los hijos de la marimba, La receta y otros cuentos, y los poemas de Nuestro planeta Tierra, nuestro mundo.

Desde otro ángulo

El letrero de la entrada anunciaba el espectáculo del año. Miles de focos encendidos de varios colores se prendían y apagaban, las luces brillaban en todo su esplendor. Era la comidilla de la ciudad. Inauguraban un centro nocturno que presumía no tener nada que envidiarle a los de fama internacional. Ella nunca había presenciado un show similar desde ese ángulo. Sería la primera vez. Fue con un grupo que quería conocerlo. Estaba lleno a rabiar. Se vistió elegantemente para la ocasión. No quería que la gente notara su inexperiencia.

En cuanto entraron al cabaret, todo se tornó oscuro, una que otra luz tenue alumbraba el camino. Ver el salón de día era una cosa y otra de noche. A tientas, siguiendo al camarero, llegaron hasta la mesa que tenían reservada. Poco a poco se fue acostumbrando a ver en la penumbra. Les sirvieron unos tragos haciendo tiempo para que comenzara la presentación. Las paredes del salón estaban tapizadas con un verde oscuro, el techo imitaba la constelación. Una orquesta tocaba un bolero de moda invitando a los presentes a bailar.

A medida que la vista se acostumbraba pudo reconocer a algunos bailarines en la pista y a otras personas de las mesas vecinas. Los meseros iban de un lado a otro apurados con sus bandejas hasta el tope de tragos repartiéndolos de mesa en mesa a los sedientos e impacientes clientes.

La música paró repentinamente y una batería y platillos anunció el comienzo del espectáculo. El juego de luces alumbraba el escenario mientras que el efecto de nubes blancas lograba una escena de fantasía. El público entusiasta aplaudía eufórico mientras que esperaba que la cartelera comenzara.

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Al abrirse las cortinas, sobre el tablado apareció una mujer caricaturizando lo que debía ser un programa de buen gusto. Estaba cubierta por un traje de plumas azules, se contorsionaba al son de los tambores; la música fue cambiando por otra más sensual. Los hombres, bajo los efectos del alcohol, le chiflaban y aplaudían a medida que se despojaba de su vestimenta. Piano, piano con movimientos poco gráciles, la bailarina se fue despojando del plumaje ante los suspiros de uno que otro espectador, hasta quedar desnuda. Aquel cuerpo había perdido la cintura, el pecho caía por gravedad llegándole al ombligo, las caderas vibraban independientes de la música. Fue un triste y patético espectáculo donde afloró la decadencia humana.

Mientras ella bailaba, Lucy pensaba pobre infeliz, lo que tiene que hacer para ganarse la vida. Si tan sólo tuviera una buena facha para no hacer el ridículo; le faltaba el toque artístico. Tenía ganas de subir al escenario y darle el mantel de la mesa para que se cubriera. El público aplaudía fascinado pidiendo más, algunas copas rodaron por el piso al moverse de lugar algunas sillas.

Ante los ojos atónitos de su grupo, Lucy, levantándose dijo:

—Me disculpan un rato, voy a subir al escenario. Esto hasta yo lo hago.

Tomado del libro colectivo Sieteporocho

Me los tragué

Hoy recibí varios insultos. Me los tragué: mañana flotarán en la bahía mientras mis enemigos bucean.

Tomado del libro colectivo ¡Basta!



Pedro Crenes Castro, coordinador del Viernes Cultural Literatura Panameña:

Pedro Crenes Castro
[email protected]
(Panamá, 1972), es escritor. Columnista y colaborador en varios medios panameños y españoles. Ha ganado dos veces el premio Nacional de Literatura Ricardo Miró de Panamá y dicta talleres literarios. Vive en España desde el año 1990.